El magnate Elon Musk ha lanzado duras acusaciones contra el primer ministro británico, Keir Starmer, a raíz de un escándalo de pederastia que conmocionó el Reino Unido hace más de diez años. Musk, conocido por su influencia en las redes sociales y propietario de Twitter, ha acusado a Starmer de ser cómplice de uno de los mayores crímenes en masa de la historia del país, en referencia a los abusos sexuales cometidos por grupos organizados de hombres, la mayoría pakistaníes, entre 2010 y 2014. Los abusos afectaron a más de 1.400 niñas, muchas de ellas bajo la custodia de los servicios sociales del país y que se produjeron en varias localidades como Rotherham, Rochdale y Bristol.
El ataque de Musk debe entenderse como un dardo de la futura administración de los Estados Unidos contra el jefe del gobierno de uno de los aliados naturales de los estadounidenses, dejando ahora a Starmer en la cuerda floja. Se esperan también nuevas investigaciones para aclarar este escándalo sexual aunque el partido laborista, el de Starmer, de momento, no lo ve necesario.
Musk acusa a Starmer de encubrir los delitos
El informe oficial hecho público el año 2022 sobre los abusos señaló la lentitud de las autoridades a la hora de actuar. Ahora, a raíz de nuevas investigaciones sobre este caso y cómo las autoridades intentaron ocultarlo, y tratarlo como temas aislados y no como redes organizadas de violaciones, Musk ha criticado duramente a Starmer, que en aquel momento era fiscal jefe del Servicio de Fiscalía de la Corona (equivalente a la Fiscalía General, aquí en España), acusándolo de no haber hecho lo suficiente para investigar los casos. Aunque Starmer fue responsable de iniciar los procesos judiciales contra algunos de los acusados y ordenó una revisión para asegurar que se condenaran más delincuentes, Musk insiste en que fue cómplice del “mayor crimen en masa” del Reino Unido.
Musk, que no sólo es el propietario de Twitter, también es una de las manos derechas de Trump, el presidente electo de los Estados Unidos, también pidió la dimisión de Starmer, afirmando que su comportamiento durante su etapa como fiscal fue desastroso y contribuyó a ocultar los crímenes. Musk compartió estos mensajes en su red social, X (antes Twitter), donde tiene más de 200 millones de seguidores. La reacción en el Reino Unido ha sido bastante dividida. Por un lado, miembros del gobierno de Starmer han preferido no entrar en polémicas con Musk, conscientes de su poder a escala mundial y de la influencia que puede tener en la administración de Donald Trump en los Estados Unidos. Por otro lado, figuras de la oposición como Kemi Badenoch, nueva líder del Partido Conservador, han apoyado a Musk y han pedido una nueva investigación independiente sobre los abusos, aunque en el pasado los gobiernos conservadores, corriente de la que ella forma parte, se mostraron poco dispuestos a investigarlo a fondo. Los comentarios de Musk también han provocado una reacción del populista Nigel Farage, que ha dado su apoyo públicamente a las acusaciones de Trump contra el primer ministro.
Omertà política a derecha e izquierda
Según estas investigaciones, que no son nuevas, aunque ahora se han conocido más detalles, a raíz de informaciones periodísticas que enfocan también el problema en una omertà política para encubrir a los agresores sexuales de estas más de 1.000 niñas para evitar un escándalo político, ha abierto de nuevo la caja de los truenos en un país que hace años que vive en una inestabilidad provocada por la pugna interna entre laboristas y conservadores y la entrada en fuerza de partidos más radicales en el debate sobre el control de la inmigración.