Tres meses después de la inesperada renuncia del ex primer ministro sueco, Stefan Löfven, Suecia ya tiene nuevo líder. Por primera vez en su historia el país cuenta con una mujer primera ministra, la socialdemócrata a Magdalena Andersson.
La nueva primera ministra no llega al poder con un escenario fácil. Encabezará un gobierno en minoría, integrado por la izquierda y los ecologistas. Ha sido escogida por el parlamento sueco con 117 votos a favor, 174 en contra y 57 abstenciones, de manera que se cumple la condición establecida en el sistema sueco para ser primer ministro: no tener la mayoría de la cámara en contra, fijada en 175 escaños, según informa Efe.
Andersson tenía asegurada su elección en el parlamento después de que el martes se cerrara bien entrada la noche un acuerdo con el Partido de Izquierda Socialista, que incluye una mejora de las pensiones más bajas y que cierra dos semanas de negociaciones desde que recibió el encargo para formar gobierno.
Primera traba: los presupuestos
La nueva primera ministra socialdemócrata tiene que afrontar solo unas horas más tarde de su elección una nueva votación clave: la de la ley de presupuestos. Si bien su llegada al gobierno era segura esta segunda votación no lo es.
Andersson se encuentra con una fuerte oposición, en especial, desde la izquierda del arco parlamentario. Hecho que la puede obligar a girar a la derecha para buscar estabilidad a la hora de gobernar.
El Partido Centrista es uno de los que ha posicionado en contra de las cuentas de los socialdemócratas, aunque se abstuvo para que Andersson saliera escogida. La líder centrista, Annie Lööf, mantuvo su compromiso, pero comunicó que no apoyará los presupuestos del Gobierno y apuntó que es una "consecuencia" que este haya negociado directamente con la Izquierda Socialista.
Si Lööf mantiene su promesa, Andersson no tendrá mayoría para sacar adelante los presupuestos y tendrá que gobernar con los presentados conjuntamente por conservadores, democristianos y el ultraderechista Demócratas de Suecia (SD).
Relevo de una dimisión inesperada
Stefan Löfven, predecesor de Andensson, dimitió en agosto por sorpresa de todo el mundo, ya que justo un mes y medio antes había superado una crisis de Gobierno, que comportó una destitución histórica para el Parlamento, y en contra de lo que había asegurado en varias ocasiones: que continuaría una legislatura más al frente del partido que ha dominado la política sueca el último siglo.
"No es fácil, sin embargo, es el correcto. Eso es lo más importante", declaró Löfven, justo unas semanas después de superar una crisis que se inició moción de censura presentada por el Partido de Izquierda, aliado externo que le da la mayoría al Ejecutivo rojiverde, en protesta por una reforma del régimen de alquiler de viviendas impulsada por el Partido Centrista, socio de Löfven.