La primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, ha respondido a Rusia —que lo ha declarado en busca y captura—. "Rusia puede creer que emitir una orden de detención ficticia silenciará Estonia. Me niego a que me silencien: seguiré dando apoyo a Ucrania abiertamente y abogando por el fortalecimiento de las defensas europeas", ha señalado la dirigente en un comunicado este martes.
Kallas ha sostenido que la medida adoptada por la Federación Rusa "no es nada sorprendente", ya que es una táctica para intentar generar miedo que resulta "familiar". "Estonia y yo nos mantenemos firmes en nuestra política: dar apoyo a Ucrania, reforzar la defensa europea y luchar contra la propaganda rusa", ha enfatizado. De hecho, ha remarcado que hace tiempo que Rusia ha escondido sus acciones represivas bajo la apariencia de la aplicación de la ley. "Esto me resulta muy familiar: mi abuela y mi madre fueron deportadas una vez a Siberia, y (entonces) fue el KGB quien emitió órdenes de detención fabricadas", ha señalado. Finalmente, ha sentenciado: "Siempre he sostenido que la caja de instrumentos criminales del régimen ruso no ha cambiado. Nos negamos a dejarnos intimidar por las tácticas de miedo de Rusia".
El motivo de la orden contra Kallas
Según la base de datos del Ministerio del Interior ruso, Rusia ha declarado en busca y captura en su territorio a la primera ministra de Estonia y tanto a altos funcionarios como diputados de Letonia y Lituania. El motivo de la orden de detención es la destrucción o daños causados en monumentos de soldados soviéticos en los países bálticos, según han informado este martes fuentes de las fuerzas de seguridad rusas a la agencia oficial TASS. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha acusado este martes a los países bálticos de "acciones hostiles contra la memoria histórica" de Rusia. De acuerdo con el portal digital Mediazona, la razón en el caso de Kallas es la retirada en agosto de 2022 del tanque soviético T-34 de la ciudad de Narva (fronteriza con Rusia) y otros monumentos.
Kallas, de 46 años, es una de las voces más firmes de la Unión Europea y de la OTAN a favor del suministro de armamento en Ucrania y del endurecimiento de las sanciones contra Rusia. En enero de 2021 se convirtió en la primera mujer que encabeza el gobierno del país báltico, cargo que renovó después de que su partido ganara las elecciones legislativas celebradas en marzo del año pasado.