El bloque conservador ganador de las elecciones alemanas, formado por la Unión Cristianodemócrata (CDU) del candidato a la cancillería, Friedrich Merz, y la Unión Socialcristiana (CSU), ha anunciado este sábado un acuerdo en temas clave con los socialdemócratas (SPD). Este principio de acuerdo abre la puerta al inicio de conversaciones formales la semana que viene para la formación de un gobierno de coalición. Merz ha declarado que tiene "un documento conjunto que constituye la base de las negociaciones de coalición que empezarán, si procede, la semana que viene". Los cuatro pilares que han conducido al entendimiento entre ambas formaciones han sido el endurecimiento de la política migratoria, las finanzas, el mercado laboral y la economía.

Tras varios días de conversaciones iniciales para valorar la posibilidad de formar una "gran coalición", Merz; el líder de la CSU y ministro principal de Baviera, Markus Soeder; y los copresidentes del SPD, Lars Klingbeil y Saskia Esken; han ofrecido una rueda de prensa para anunciar el pistoletazo de salida de la nueva fase de las negociaciones, en la que se mantendrán diálogos formales de coalición. Los tres partidos involucrados en las negociaciones aglutinan a 329 escaños de los 630 que conforman el Bundestag, el parlamento alemán, por encima de la mayoría necesaria de 316 asientos. Merz ha manifestado en reiteradas ocasiones su deseo de formar un nuevo gobierno antes de Semana Santa, que este año cae en la segunda mitad de abril.

Rueda de prensa posterior al principio de acuerdo / EFE
Rueda de prensa posterior al principio de acuerdo / EFE

Durante la conferencia de prensa, los protagonistas han destacado la “cordialidad” que ha caracterizado a los siete días de conversaciones preliminares al destacar, por ejemplo, el consenso alcanzado en cuestiones fundamentales como el desarrollo del fondo especial para infraestructuras, clave para desbloquear las conversaciones. Sin embargo, el pilar de las negociaciones ha sido el tema de la inmigración. Merz ha destacado que si se llega a un acuerdo de coalición, Alemania acometerá un cambio radical en la política migratoria, con la ampliación de los controles fronterizos y la aceleración de los procesos de repatriación.

Por lo que se refiere a la economía, el principio de acuerdo alcanzado este sábado incluye medidas como la implementación de un salario mínimo de 15 euros la hora y el aumento de las pensiones, además de una ley de negociación colectiva y una reforma del impuesto sobre la renta. El socialdemócrata Lars Klingbeil ha avisado de que la fase que se inicia ahora será más difícil: "Aún no hemos llegado al final", ha aseverado. En la misma línea, Soeder ha destacado la complejidad de este tipo de conversaciones, pero se ha mostrado más optimista: "Hoy no hay ni ganadores ni perdedores. Me da la sensación de que nos hemos encontrado con nuevos socios".

El cordón sanitario resiste

El segundo partido más votado en las elecciones federales de febrero, Alternativa para Alemania (AfD), ha quedado excluido de estas conversaciones debido al cordón sanitario que el resto de formaciones políticas mantiene de forma férrea contra la extrema derecha. Pese a su crecimiento electoral, ninguno de los principales partidos alemanes considera a AfD un socio político legítimo, en parte por sus políticas antiinmigración radicales y sus vínculos con sectores neonazis. Esta exclusión forma parte de una tradición política alemana que, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, ha buscado frenar la influencia de formaciones de ultraderecha en el gobierno, un principio que, hasta ahora, se ha mantenido inalterable.