Ni el coronavirus ni la recientemente impuesta ley de seguridad nacional han logrado acobardar a los manifestantes hongkoneses, que volvieron a las calles este domingo para protestar contra el aplazamiento de las elecciones legislativas, pospuestas bajo el pretexto de la pandemia.
No obstante, lejos quedan las multitudinarias marchas del pasado año: las imágenes difundidas por la prensa hongkonesa muestran grupos de varios cientos de personas en las calles del centro de la ciudad semiautónoma, así como decenas de chalecos amarillo intenso, el distintivo de los miembros de la prensa.
Pero el color que lo eclipsó todo fue el verde del uniforme de la Policía, que desplegó a varios miles de efectivos en toda la ciudad en un intento por contener una manifestación que no estaba autorizada.
De hecho, la protesta terminó con al menos 289 detenidos, algunos de los cuales salieron de las comisarías en la madrugada local de hoy (hora GMT +8).
Arrestados por asamblea ilegal
Según el cuerpo policial, 270 de los arrestados lo fueron por asamblea ilegal, mientras que una mujer fue detenida por una supuesta violación de la controvertida ley de seguridad nacional por cantar consignas independentistas.
Otros fueron multados por violar la prohibición de las reuniones de más de dos personas, imperante en estos momentos como medida preventiva contra la propagación del coronavirus SARS-CoV-2, que ha dejado al menos 96 muertos en Hong Kong entre los 4.878 casos diagnosticados hasta ayer.
La policía reduce a una niña de 12 años
Durante las horas que duró la protesta también se produjeron enfrentamientos entre policías y manifestantes violentos, los cuales - según la versión policial - "lanzaron objetos pesados" a los agentes.
En respuesta a unos actos que el cuerpo policial consideró "ilegales y egoístas", los efectivos dispararon pelotas de gas pimienta, así como espray pimienta, este último un recurso habitual de los policías de paisano infiltrados entre los manifestantes.
Entre las personas que terminaron en el suelo con varios policías encima destacó una niña de 12 años que - explicó a la prensa hongkonesa- había salido de casa a comprar material escolar.
Un vídeo difundido por internet da cuenta de cómo varios agentes interrogan a la menor, que echa a correr antes de ser interceptada y reducida brutalmente.
Según los agentes, la chica "echó a correr de repente de manera sospechosa", por lo que la Policía la redujo "usando la mínima fuerza necesaria".
Indignación por el aplazamiento electoral
"Queremos demostrar al Gobierno que no tenemos miedo de la ley de seguridad nacional. Queremos libertad, así que da igual cómo intenten impedirlo, que seguiremos plantando cara", aseguró una vendedora apellidada Chan, citada por la radiotelevisión hongkonesa RTHK.
Otra mujer, de 63 años y llamada Yim, agregó: "¿Por qué no permiten votar? ¿Dejas que la gente se someta a análisis masivos de coronavirus, pero no que la gente participe en unas elecciones?"
La señora, citada por el rotativo local South China Morning Post, consideró incongruente que se permitiera la campaña masiva de tests iniciada la semana pasada en Hong Kong y se aplazaran los comicios con la excusa de la pandemia.
La protesta se convocó a través de aplicaciones móviles de mensajería y de manera anónima para este domingo, cuando estaba prevista la llamada a las urnas en Hong Kong para la elección de los miembros del Consejo Legislativo.
Son estos los comicios más importantes en la excolonia británica (ya que el jefe del Gobierno no es elegido por sufragio directo), pero fueron aplazados durante un año el pasado 3 de agosto.
Ese día, la jefa del Gobierno hongkonés, Carrie Lam, anunció el aplazamiento de las legislativas por el "riesgo sanitario extremo" que suponía la tercera oleada de contagios de la COVID-19, actualmente bajo control, a juzgar por las cifras oficiales.
¿Motivaciones políticas?
Lam negó entonces las denuncias de la oposición prodemocrática de que este aplazamiento se debiese a motivos políticos: la oposición barrió en las elecciones a consejeros de distrito del pasado mes de noviembre y, tras la imposición por parte de Pekín de la citada ley de seguridad, la antipatía por el Gobierno (pro-Pekín) se acrecentó.
Entre las razones esgrimidas para aplazar los comicios citó el riesgo de contagio debido a la aglomeración de votantes y trabajadores en los colegios electorales o la imposibilidad para los hongkoneses residentes en el extranjero de regresar para votar debido a la obligación de guardar dos semanas de cuarentena a su llegada.
La posposición de los comicios fue el último capítulo de la convulsión política que sacude Hong Kong desde mediados de 2019.
El pasado 30 de junio, Pekín impuso en la ciudad una polémica ley de seguridad nacional que sanciona con penas de hasta cadena perpetua actos como la secesión o la confabulación con fuerzas extranjeras, lo que provocó temores entre muchos hongkoneses y una reacción condenatoria de parte de la comunidad internacional.