Las calles de Estambul viven día sí y día también protestas multitudinarias desde que el alcalde de la ciudad, el socialdemócrata Ekrem Imamoğlu, fue detenido, y este sábado no ha sido diferente: miles de personas se han vuelto a concentrar para denunciar el que, aseguran, es una estrategia del presidente del país, el islamista Recep Tayyip Erdogan, para sacarse de encima a su principal opositor. Las autoridades, que arrestaron el miércoles a Imamoğlu y a 90 colaboradores suyos, lo han trasladado hasta el juzgado, donde ha tenido que declarar ante el tribunal de Caglayan. La Fiscalía lo acusa de corrupción y vínculos con el terrorismo.

Protestas masivas en las calles de Estambul

Las masivas protestas en la calle han hecho que las fuerzas de la orden tengan que desplegar medidas de seguridad improvisadas. Desde el sábado a primera hora, centenares de policías y vehículos antidisturbios han construido en torno a la corte de Caglayan barricadas para reprimir a los millares de ciudadanos que claman por la liberación del alcalde de la ciudad.

Durante las horas en que se ha llevado a cabo el interrogatorio a Imamoğlu y a los 90 aliados detenidos más, los agentes han sudado sangre para asegurar el recinto. De hecho, han utilizado gas pimienta para disuadir a los grupos contrarios a Erdogan que se acercaban demasiado. Los policías también se las han tenido con los abogados que venían a defender Imamoğlu y los otros detenidos y finalmente han decidido limitar el número de personas que entraran en el juzgado.

Por su parte, la Gobernación de Estambul ha prohibido reuniones, manifestaciones y protestas en toda la ciudad hasta el miércoles 26 de marzo, además de restringir la entrada y la salida de vehículos de la ciudad si se sospecha que los ocupantes tienen intención de participar protestas.

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