El presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, será el primer convicto en ocupar el cargo de máxima responsabilidad de la primera potencia mundial. ¿Pero una vez aquí, cuáles son las posibilidades que tiene de ir a la prisión?
El Tribunal Supremo le concedió el pasado mes de julio una inmunidad parcial, que afecta a los actos que haya hecho en ejercicio del cargo como presidente, pero delega en los jueces la decisión de determinar qué casos son en ejercicio del cargo y cuáles no.
Con dos juicios federales pendientes y dos estatales, uno de ellos ya con sentencia de culpable, el presidente tiene números de salir bien parado, pero no todos. Repasamos uno por uno los casos y el papel que puede jugar el fiscal especial Jack Smith, aunque las últimas filtraciones de los medios norteamericanos apuntan a que dimitirá antes de que Trump lo eche.
1.- Caso Stormy Daniels
El pasado mes de mayo, un jurado popular condenó a Trump por 34 delitos cometidos al falsificar los registros contables de sobornos de hasta 130.000 dólares a la actriz porno Stormy Daniels, a quién pagaba para callar sobre los encuentros sexuales que habían tenido con el objetivo que no interfirieran a las elecciones de 2016. El crimen, sin embargo, era el de poner otros conceptos en las facturas.
Trump fue condenado por el jurado popular por unanimidad, pero faltaba conocer la condena que impondría el juez Juan Merchán. Estaba prevista para el 11 de julio, pero cuando el Supremo concedió inmunidad penal a los presidentes por actos oficiales, el Tribunal Superior del Estado de Nueva York lo aplazó hasta el 18 de septiembre.
Trump consiguió que la sentencia se retrasara para que no influyera a las elecciones y Merchán le concedió y puso como fecha el 26 de noviembre.
El delito de falsificación de registros comerciales puede tener penas de prisión de hasta 4 años, pero las fuentes consultadas por los medios de los Estados Unidos apuntan que es más probable una condena leve o un retraso de la condena para después de que sea presidente. Mientras sea presidente, no puede ser obligado a ir a la prisión.
2.- Caso federal por presunta interferencia electoral
Es el primero de los casos que lleva el fiscal especial a Jack Smith y se centra en los esfuerzos por alterar los resultados e impedir la certificación de la victoria de Joe Biden en las elecciones del año 2020.
Smith acusa Trump de conspiración por defraudar al gobierno de los Estados Unidos, de conspiración con el fin de obstruir un procedimiento oficial, obstrucción o intento de obstrucción de un procedimiento oficial y conspiración para violar derechos civiles.
La acusación lo responsabiliza del asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, pero también de mentir funcionarios estatales con el fin de obligarlos a ignorar recuentos de votos y fabricar votos en siete estados.
El Departamento de Justicia no puede procesar a un presidente en ejercicio y Trump planea echar al fiscal Jack Smith, aunque probablemente dimita antes. Los expertos coinciden a que este caso se acabará diluyendo.
3.- Los documentos clasificados de Mar-a-Lago
También en manos del fiscal Jack Smith, el caso nació con el hallazgo de los agentes del FBI de más de 20 cajas con más de 100 documentos oficiales cada una y confidenciales en la residencia de Trump en Mar-a-Lago, Florida, en agosto de 2022, cuando Trump ya hacía un año y medio que no era presidente.
El presidente electo se enfrenta a 7 cargos por este caso, uno por la ley de espionaje y de otros como obstrucción de la justicia, destrucción o falsificación de registros, conspiración y declaraciones falsas.
La asunción de la jueza Ailen Cannon en junio de 2023, que ha recibido incluso elogios de Trump, ha suavizado el enfoque contra Trump.
Cannon dictaminó que Jack Smith fue nombrado de forma inconstitucional y archivó y dio por cerrado el procedimiento. El fiscal Smith presentó un recurso de apelación, pero los medios norteamericanos pronostican que el fiscal tendrá que retirar la apelación y el caso se acabará decantando en favor de Trump.
4.- Presunta conspiración en Georgia
Se trata de una derivada del caso federal para intentar interferir a las elecciones, pero centrado en el caso de Fulton, en Georgia.
Cuatro de los 19 acusados ya se han declarado culpables y el juicio al frente, Scott McAffee, ha anulado nueve cargos, pero mantiene la mayoría.
Hay una prueba que es una llamada de Donald Trump al secretario de estado de Georgia, Brad Raffenspenger, a quien le pide que "encontrara" los votos que necesitaba.
En diciembre se tiene que reanudar el juicio y un tribunal de apelaciones valorará si el caso puede seguir adelante, ya que los acusados dijeron que la relación personal de la fiscal del distrito con el fiscal especial crea un conflicto de intereses.
Si estas apelaciones son desestimadas, el juez podrá fijar una fecha para el juicio, pero los expertos apuntan que la defensa apelará de otras formas para retrasar el caso.
Este es el caso donde menos puede interferir Donald Trump, pero de nuevo, expertos como el ex fiscal federal Bárbara McQuade en la cadena NBC, apuntan a una suspensión del caso que no se reanudaría hasta que no acabe el mandato de Trump.