La Puerta del Infierno existe y está en Turkmenistán. Se trata de unos baches con una profundidad de 20 metros que emiten llamas. El cráter Darvaza tiene entre 60 y 70 metros de diámetro, y no es un cráter que dé paso al inframundo y tampoco ha surgido de la nada. De hecho, es fruto de la actividad humana. Pero ahora representa un peligro para los intereses del país, y piensan en cerrarla para siempre.
El origen de la Puerta del Infierno
En plena guerra fría, en época de la Unión Soviética, ante una posible crisis del petróleo, se decidió crear un grupo de expertos que fueran encargados en encontrar depósitos desconocidos hasta el momento. Estos expertos recorrieron los diferentes territorios para buscar soluciones.
Fue entonces, según destaca un artículo de El Confidencial, que este grupo de geólogos recorrió el desierto de Karakum, ubicado en Turkmenistán. Allí, en medio de la nada, decidieron investigar el terreno donde escogieron, de acuerdo con unos estudios previos, llevar a cabo explosiones controladas para encontrar la fuente de petróleo. Lo que no tuvieron en cuenta, fueron las consecuencias. Y es que a día de hoy todavía están activas.
Tal como destaca el mismo digital, uno de estos lugares donde provocaron explosiones eran unas cuevas naturales, con un pequeño acceso a lo que parecía un depósito de gas natural. Ahora bien, el equipo de expertos no calculó bien las consecuencias que podrían tener las explosiones, porque toda la estructura colapsó.
Aunque fue un incidente espectacular, no hubo víctimas mortales. Ahora bien, el panorama era bastante inquietante. La explosión generó un agujero de 60 metros de diámetro y unos 30 de profundidad. Los expertos quedaron preocupados, por ver si estas explosiones podrían haber desencadenado un problema más importante de lo que se esperaban.
La solución que encontraron en aquel momento, pensando que habría fugas de gases naturales, fue prender fuego, se puede leer en el mismo artículo. Los mismos expertos creían que se apagaría en cuestión de días, cuando ya no hubiera combustible. Sin embargo, tampoco estuvieron acertados en este sentido. A estas alturas, todavía sigue quemando, y según destaca el mismo artículo, las temperaturas son de unos 400 grados. Y los intentos por apagarlo, no han acabado de funcionar.
Cerrar la Puerta del Infierno
Aunque las autoridades de Turkmenistán quieren apagar las llamas, no está claro que haya una solución viable. Según el National Geographic, los que han bajado hasta las profundidades del cráter, aseguran que las soluciones que parecen lógicas para acabar con el fuego, no sirven.
La misma publicación constata que el explorador George Kourounis, la primera persona a bajar hasta el fondo del pozo en el 2013, destaca que "aunque se pudiera apagar el fuego y cubrirlo, está la posibilidad de que el gas pueda salir a la superficie. Solo se necesitaría una chispa para encenderlo de nuevo".
Una amenaza para los humanos
A pesar de la fantasía que pueda suponer tener una Puerta del Infierno en la tierra, se ha convertido en una amenaza para la salud y el medio ambiente. El National Geographic constata que hay muchas emisiones de metano y otros gases nocivos. Además, preocupa también que se está 'tirando' uno de los recursos naturales que sostienen la economía del país.