Vladimir Putin, presidente de Rusia, ha alertado de que el conflicto entre los EE.UU. y Corea del Norte "se encuentra al límite de convertirse en un enfrentamiento a gran escala".
Esta información ha sido transmitida en un comunicado publicado en la web del Kremlin este viernes, en el que Putin también ha añadido que la estrategia de los EE.UU. de presionar a Pyongyang (capital de Corea del Norte) para que desarticule su programa nuclear, es un error.
El comunicado, enmarcado en el contexto del encuentro de los BRICs que se llevará a cabo en China la próxima semana, ha subrayado también que el diálogo es la mejor manera para resolver el conflicto y Sergei Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores ruso, ha añadido que Washington tendría que tomar la iniciativa en las conversaciones.
Asimismo, Putin ha afirmado que las "provocaciones, la presión y la retórica beliciosa y ofensiva son el camino hacia ningún sitio", y ha destacado que la relación entre americanos y norcoreanos se ha deteriorado tanto que se encuentra en la cuerda floja y podría "convertirse en un conflicto a gran escala".
El líder ruso ha considerado también que los norteamericanos no conseguirán, con su estrategia actual, parar el programa nuclear norcoreano, y ha añadido que la solución al conflicto podría ser una hoja de ruta elaborada por Moscú y Pekín que pida el paro del programa nuclear de Corea del Norte y el cese de las "prácticas de guerra a gran escala" de los Estados Unidos y Corea del Sur.
El ministro Lavrov, apuntando cuál de las partes tendría que coger las riendas para disminuir la tensión, ha declarado que "si queremos evitar una guerra, el primer paso tiene que ser dado por la parte que sea más inteligente y fuerte", en una clara alusión a los Estados Unidos.
Este conflicto entre los Estados Unidos y Corea del Norte ha vivido últimamente capítulos que han hecho crecer la tensión ya existente.
Kim Jong-un, líder de Corea del Norte, amenazó con lanzar un misil en la isla de Guam, de propiedad norteamericana en el Pacífico, así como envió un misil que sobrevoló Japón y cayó en el pacífico.
La respuesta de Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, fue enviar la U.S. Army a realizar prácticas militares junto con el ejército de Cora del Sud a escasos kilómetros de Corea del Norte.