La Unión Europea no tiene que sufrir, hoy por hoy, por el suministro de gas natural. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha enviado un mensaje contundente a su homólogo bielorruso, Alexandr Lukashenko, que amenazó esta semana con dejar a los europeos sin calefacción. El gasoducto no se toca, ha asegurado al líder ruso. En una entrevista de la televisión estatal Rusa, Putin ha advertido que el cierre del conducto Yamal-Europa que atraviesa Bielorrusia supondría una "violación del contrato de tráfico" con Europa, y por eso "confío en que no pasará". Así y todo, Putin no ha perdido la ocasión de criticar la política migratoria de la UE, la cual considera hipócrita. Con este mensaje contradictorio, Putin ha querido desinflar la tensión entre los dos bloques que hace meses que incrementa sin freno. En las últimas semanas, sin embargo, las amenazas del líder autoritario se han materializado en una crisis con los países vecinos, especialmente con Polonia. Según la UE, Lukashenko estaría animando la entrada irregular de personas migradas en una "guerra híbrida" contra el bloque comunitario, que impuso sanciones económicas al país hace unos meses.

La calma de Putin

En un giro inesperado de los acontecimientos, Putin se ha erigido en calidad de mediador en el conflicto entre Bielorrusia y la UE. Después de que este jueves Lukashenko ordenara la fortificación de la frontera con Polonia, amenazara con cortar el suministro de gas de Rusia a Europa y tildara a varios líderes europeos de "descerebrados", Putin se ha visto obligado a intervenir en el conflicto por alusiones, utilizando un tono paternalista hacia la ex república soviética: "Por descontado que hablaré con él sobre este tema si sus palabras no fueron producto de un arrebato", ha asegurado. Putin también ha advertido que el bloqueo "no ayudaría al desarrollo de nuestras relaciones con Bielorrusia". Teoréticamente, como jefe de estado, Lukashenko sí que podría ordenar el cierre del conducto, "pero eso sería una violación del contrato de tráfico y confío en que no pasará", ha matizado. A pesar de esta promesa, Putin tampoco ha querido descartar ningún escenario y ha recordado que en el 2008 Rusia chocó con una crisis similar, pero con Ucrania, por la falta de acuerdo sobre los precios: "Las cosas llegaron a tal punto que Ucrania bloqueó nuestro gas destinado a consumidores europeos", ha admitido.

 

Putin ha advertido a Lukashenko que el cierre del gasoducto podría comprometer las relaciones entre los dos países / Efe

Hipocresía

Con respecto a los millares de familias refugiadas en Bielorrusia que anhelan cruzar hacia Polonia para continuar con su ruta migratoria, Putin ha criticado la hipocresía de la UE. Según su opinión, las crisis migratorias las ha creado la misma Europa. El tratamiento del bloque comunitario a personas extranjeras en situaciones vulnerables, como gran parte de los refugiados kurdos que se encuentran en la frontera, contradice "las ideas humanistas en las cuales supuestamente se basa la política de nuestros vecinos occidentales", ha señalado al líder ruso.

La Unión Europea (UE) se encuentra en estos momentos en las puertas de una nueva crisis de refugiados. Según informa el rotativo británico The Guardian, al menos ocho personas habrían muerto hasta ahora en el bosque que separa Bielorrusia y Polonia, donde personas mayoritariamente provenientes de Afganistán, Siria e Iraq se esconden a la espera de poder cruzar hacia la UE. Este panorama es el resultado de la "guerra híbrida" de Lukashenko con el bloque comunitario. Hace cuatro meses, el líder populista decidió abrir las fronteras como respuesta a las sanciones contra Bielorrusia, las cuales la UE impuso por la represión de manifestantes y la detención de un periodista disidente que viajaba en un vuelo de Ryanair que fue obligado a aterrizar en Minsk. Según algunos testimonios de la frontera, la policía bielorrusa habría cortado el alambre de las vallas para dejar pasar a las personas migradas. Delante de eso, las autoridades polacas movilizaron a 20.000 agentes de seguridad para evitar la entrada de solicitados de asilo.

 

Foto principal: el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y su homólogo bielorruso, Alexandr Lukashenko / Efe