El Qatargate, el escándalo de sobornos de Qatar en el Parlamento Europeo, ha puesto en una crisis agónica a los socialistas italianos, que tienen diversos implicados en este caso. Según informa Le Monde, el Qatargate ha acabado erosionando el Partido Democrático, la denominación que tienen los socialistas en Italia, que ya estaba inmerso "en dudas existenciales" por los malos resultados que obtuvo a las elecciones generales de septiembre. La causa del desbarajuste añadido al partido es que uno de los principales implicados en el escándalo es Pier Antonio Panzeri, histórico de la izquierda lombarda, que había estado al frente de la delegación de Milán de la Confederación General del Trabajo Italiana (CGIL) antes de ser escogido durante tres mandatos consecutivos en el Parlamento Europeo, los dos últimos bajo la etiqueta del Partido Democrático.
Panzeri fue detenido el 9 de diciembre, y según la policía belga es sospechoso de ser el pivote de una red de corrupción alimentada por Qatar y Marruecos, y en la que están implicados varios ciudadanos italianos de Bruselas. Según el diario francés, desde hacía tiempo estaba distanciado de las autoridades italianas, pero la implicación en un asunto tan grave "ha sumergido en el caos a los representantes de su universo político original". "El señor Panzeri viene de nuestro mundo, el de la defensa de los trabajadores y de la izquierda italiana. Este caso tiene un fuerte impacto en nuestra imagen", ha reconocido desolado Sergio Cofferati, exsecretario general de la CGIL y exdiputado del PD. La policía belga encontró en el domicilio de Panzeri 700.000 euros en metálico. Y todo eso ha pasado cuando en las elecciones de septiembre en Italia, el Partido Democrático y su coalición de centroizquierda no ganaron en ninguna demarcación, y sufrieron un retroceso del -0,35% en el número de votos, con el resultado de solo 61 diputados.
El nombre más relevante de la trama, sin embargo, es Eva Kaili, antigua presentadora de televisión, eurodiputada socialdemócrata griega y una de las vicepresidentas del Parlamento Europeo hasta que se le ha retirado este cargo a raíz del escándalo. Tiene 44 años, y sigue en la prisión.
Además del exsindicalista, Maria Colleoni y Silvia Panzeri, la esposa y la hija de Panzeri, han sido detenidas en Italia a petición de la Justicia belga, que a partir de escuchas telefónicas considera que ayudaban al político a sus actividades ilícitas. Y también ha sido detenido Francesco Giorgi, asistente en la Eurocámara y pareja sentimental desde hace cinco años de Kaili, con quien tiene una hija. Este italiano está imputado por los mismos cargos que su pareja. Tiene 35 años y se encuentra a la prisión preventiva y, según el diario belga Le Soir, ha confesado su participación en la trama en los interrogatorios, y ha señalado otros implicados.