Turquía es un hervidero político en estos momentos. Se producen protestas multitudinarias en las calles desde hace casi una semana. El Gobierno autoritario del presidente Recep Tayyip Erdoğan ha respondido con represión policial y unos 1.133 manifestantes han sido detenidos, de acuerdo con los datos del Ministerio de Interior turco que recoge AFP. El desencadenante que lo ha hecho estallar todo ha sido la detención y entrada en prisión del alcalde de Estambul, Ekrem Imamoğlu, pujante líder socialdemócrata llamado a disputar la presidencia del país a Erdoğan en las próximas elecciones.
İmamoğlu, de 54 años y alcalde de la principal ciudad del país desde 2019, fue detenido la semana pasada y este domingo ha sido enviado a prisión preventiva, acusado de corrupción, sobornos y manipulación de licitaciones municipales y también de vínculos con organización terrorista, en referencia a la guerrilla kurda. El alcalde niega ambas acusaciones, asegurando que se basan en testigos cuya identidad la Fiscalía mantiene en secreto, y que se trata de una instrumentalización de la Justicia para impedir plantar cara a Erdoğan en los comicios 2028 —que la oposición pide avanzar—. Además, más sospechas: la Universidad de Estambul, en la que İmamoğlu se licenció en Administración de Empresas en 1994, anuló su diploma la semana pasada alegando irregularidades en su admisión en 1990, lo que truncaría su candidatura presidencial, ya que tener formación universitaria es un requisito obligatorio para ser presidente.
Las autoridades turcas le achacan vínculos con el Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda de Turquía, a través de la iniciativa conocida como 'Consenso urbano', que el CHP y el partido de la izquierda prokurda lanzaron antes de las elecciones municipales de marzo de 2024. Esta maniobra política sirvió para que figuras cercanas a la izquierda prokurda se alinearan con el CHP y consiguieran así un mayor número de votantes, lo que permitió a la formación socialdemócrata de Ekrem Imamoğlu superar en muchos lugares por primera vez a la formación islamista del presidente Erdoğan, el AKP.

Oleada de detenciones: periodistas, políticos de izquierdas y abogados
Ante las protestas, la policía turca ha ejecutado este lunes por la mañana una oleada de arrestos en Estambul, incluyendo a periodistas, políticos, abogados y activistas de izquierda. Las autoridades han registrado numerosas viviendas y ha detenido a varios miembros del Partido Comunista de Turquía y a al menos tres periodistas del diario progresista BirGün. El presidente del Colegio de Abogados de Estambul, Ibrahim Kaboglu, ha denunciado la violencia de los antidisturbios: "Lo alarmante no son solo los arrestos, sino el modo en que se llevan a cabo. Mientras las protestas se disuelven, los manifestantes son golpeados con puñetazos, patadas y lanzados al suelo. Esto constituye un intento claro de intimidar a la oposición".

Masivo apoyo popular en urnas simbólicas
El líder del principal partido de oposición —el socialdemócrata Partido Republicano del Pueblo (CHP)—, Özgür Özel, ha anunciado que las manifestaciones continuarán todas las noches a partir de las 20:30 horas en distintas ciudades del país. Además, ha convocado a un boicot contra los medios tradicionales que ignoren las protestas, y que suelen estar alineados con el Gobierno de Erdoğan, así como contra los productos de las empresas asociadas a estos grupos mediáticos En Ankara, estudiantes de la Universidad Técnica del Medio Oriente (METU) han convocado un boicot de las clases en protesta por la represión, invitando a otras universidades del país a sumarse. El domingo, más de 15 millones de ciudadanos participaron en unas elecciones primarias organizadas por el CHP, colocando urnas en casi 6.000 locales de todo el país, y respaldaron de forma clara a İmamoğlu como candidato presidencial. Según Özel, este resultado marca "el fin de la legitimidad del gobierno", haciendo inevitable la convocatoria de elecciones anticipadas.
El gabinete del presidente Erdoğan se reunirá este lunes para abordar la investigación en curso contra İmamoğlu y las manifestaciones. La Gobernación de Estambul ha prohibido reuniones, manifestaciones y protestas en toda la ciudad hasta el miércoles 26 de marzo, además de restringir la entrada y la salida de vehículos de la ciudad si se sospecha que los ocupantes tienen intención de participar protestas. Paralelamente, la detención de İmamoğlu el miércoles causó un inmediato desplome tanto de la Bolsa de Estambul como de la lira y el Banco Central ha tenido que vender divisas para estabilizar la moneda nacional. El Consejo de Mercados del Capital, un organismo oficial turco, anunció hoy medidas, vigentes hasta el 25 de abril, para evitar ventas de especulación a la baja y prevenir nuevos desplomes en la Bolsa.