Hay cosas que parecen imposibles, pero la vida está cargada de sorpresas y el azar existe. La posibilidad es remota y es una entre millones, pero qué pasaría si el próximo martes 5 de noviembre, en plena noche electoral en los Estados Unidos, llegara la noticia que se ha producido un empate entre la candidata demócrata, Kamala Harris, y el candidato republicano, Donald Trump?. The New York Times ha definido esta carrera electoral como la "más reñida". El diario estadounidense afirma que las últimas elecciones presidenciales tan igualadas fueron los polémicos comicios que enfrentaron a George W, Bush contra Al Gore. Por más que sea difícil, teniendo en cuenta la volatilidad actual en el escenario político norteamericano, la opción siempre está encima de la mesa. Las encuestas prevén resultados muy ajustados, por lo tanto, este año, más que nunca, se podría producir este empate entre la vicepresidenta y aspirante demócrata y el expresidente republicano.

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¿Cómo se cuentan los votos?

El presidente de los Estados Unidos no se escoge por el número de votos total obtenido a nivel nacional (conocido como voto popular), sino que se utiliza el sistema del Colegio Electoral. Mediante este mecanismo, cada uno de los 50 estados del país aporta un número determinado de electores o votos electorales repartidos en función de la población. La gran mayoría de estados entregan todos sus votos al candidato que gane los comicios al estado, de manera que quien venza en California se lleva los 54 votos de este estado y el que lo haga en Wyoming se lleva los tres votos que hay en juego.

¿Cuántos votos electorales se reparten en los Estados Unidos?

En total, el Colegio Electoral está compuesto por 538 votos electorales y se convierte en presidente a quien consiga al menos la mitad más uno, es decir la cifra de los 270. Aquí entra en juego el problema del empate, como 538 es un número par, está la opción que Harris y Trump empaten a 269 votos electorales cada uno.

¿Cómo se resolvería el empate entre Harris y Trump?

La respuesta a esta pregunta se encuentra en la Constitución, en la Enmienda número 12. Si se produce el empate a 269, el desempate estaría en manos de la nueva Cámara de Representantes, cuya composición también se escogerá el próximo 5 de noviembre. Esta, que es la Cámara Baja, se tendría que reunir en una sesión extraordinaria a partir del 6 de enero para elegir al nuevo presidente de los Estados Unidos. Llegados a este punto, cambia el sistema y ya no hay estados con más peso que otros, cada delegación estatal tendría un voto, por lo tanto el peso de California y el de Wyoming sería exactamente el mismo aunque la primera tiene mucha más población que la segunda, tal como explica a EFE Morris Fiorina, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Stanford.

Así pues, en esta reunión especial, como participan representantes de 50 estados, el candidato que consiguiera 26 votos o más se convertiría en presidente de los EE.UU. Actualmente, los republicanos controlan 26 delegaciones de estados en la Cámara de Representantes, los demócratas 22, y hay dos que están empatadas. Los analistas creen que después de las elecciones se podría conservar esta mayoría republicana.

¿Quién tendría más opciones: Trump o Harris?

Pues si los astros se alinean, se produce un empate entre Kamala Harris y Donald Trump y, además, se mantiene esta mayoría republicana entre las delegaciones de estados en la Cámara Baja, Trump tendría más opciones de ser presidente en caso de un empate. ¿Y el vicepresidente? ¿Quién lo decidiría? Pues se encargaría el Senado, la Cámara Alta, donde votarían los 100 senadores, de manera que ganaría el aspirante que consiguiera 51 apoyos. Las vicepresidencias se las disputan el demócrata Tim Walz y el republicano J.D. Vance y se podría dar un caso todavía más extraordinario que la remota posibilidad de empate: como dos votaciones están separadas, podría pasar que el presidente y el vicepresidente fueran de partidos diferentes. El Senado está actualmente controlado por los demócratas, pero el día de las elecciones se renovará un tercio de la composición. Una vez resueltas las dudas, hay que matizar que nunca en la historia ha habido un empate en el Colegio Electoral, por lo tanto, el escenario es muy improbable.