Otro año complicado en el Oriente Próximo. El 7 de octubre del 2023, Hamás perpetró el peor ataque de la historia de Israel, dejando más de 1.200 muertos y 251 secuestrados. La respuesta fue contundente y de hecho todavía dura. El objetivo era el retorno a casa de los secuestrados y acabar con Hamás. Más de un año después, los objetivos se han ampliado. Ya no se busca únicamente acabar con la organización en Gaza, sino neutralizar también la amenaza de que representa Hizbulá en el norte de Israel, aunque se ha conseguido este año un alto el fuego. La meta última, con la vista puesta en Irán, es reconfigurar los equilibrios de poder en el Oriente Medio. El uso de la fuerza desproporcionada, casi sin límites, es uno de los pilares de la estrategia israelí. En este contexto, se hace difícil de predecir qué pasará el próximo año. Y por eso, es importante tener presente qué ha pasado este año.

Continúa la guerra en Gaza

A finales de noviembre, Israel y el Líbano sellaron un acuerdo de alto el fuego para poner fin a los combates entre el ejército israelí y Hizbulá. Lo anunció el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, en una intervención especial desde la Casa Blanca. "Los combates se acabarán. Eso está diseñado para ser un cese permanente de las hostilidades", dijo entonces el dirigente norteamericano, y aseguró que los civiles desplazados de los dos lados podrán volver pronto de manera segura a sus comunidades. El gobierno de los EE.UU. participó en las negociaciones para alcanzar el acuerdo.

El acuerdo constata que durante los siguientes 60 días Israel retirará gradualmente sus fuerzas restantes, mientras los EE.UU. y sus aliados se comprometieron a trabajar con los gobiernos de los dos países para asegurar la aplicación llena del acuerdo. A pesar de todo, por primera vez en 50 años, Israel entró en Siria. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, habría ordenado al ejército del país que permanezca en la zona del Monte Hermón de Siria, al menos hasta finales del 2025. Lo habría dicho directamente a la CNN. Israel capturó la montaña de importancia estratégica, la cima más alta de Siria, después de la caída del régimen de Bashar al-Asad ante una coalición liderada por los rebeldes a principios de este mes. Los funcionarios israelíes, incluyendo Netanyahu, habían caracterizado inicialmente el avance como medida de seguridad temporal.

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Altos del Golán / Efe

Diferencias entre la guerra en el sur del Líbano y Gaza

Hay marcadas diferencias en la manera como Israel ha enfrentado a sus dos principales adversarios regionales: Hamás en Gaza y Hizbulá en el Líbano. Mientras Gaza forma parte de una entidad bajo ocupación israelí, el Líbano es un Estado soberano, aunque estuvo ocupado por Israel hasta que la resistencia de Hizbulá y otros factores lo obligaron a retirarse. A pesar de sus enormes capacidades militares y su supremacía en el aire, Israel ha sufrido en su operación terrestre en el Líbano. Después de casi dos meses, no ha conseguido controlar las ciudades del sur ni neutralizar la capacidad de lanzamiento de cohetes de Hizbulá en el norte.

Hizbulá también ha extendido sus ataques hacia el interior de Israel, perturbando la vida en las principales ciudades del país y causando víctimas. Eso pasa mientras el ejército israelí sufre un número creciente de bajas en el sur del Líbano. Israel tampoco ha podido crear las condiciones para el retorno de sus residentes desplazados al norte, cosa que podría haber jugado un papel importante a la hora de convencer a Netanyahu de aceptar un alto el fuego con Hizbulá.

A eso hay que añadir el agotamiento del ejército israelí y los efectos políticos y económicos de tener que atraer cada vez a más reservistas al conflicto. En este sentido, Israel no ha sido capaz de eliminar completamente la amenaza de Hizbulá y asegurar, por medios militares, el retorno seguro de sus ciudadanos en el norte del país. Hizbulá, perjudicado por los numerosos golpes a su liderazgo, instituciones y mando militar, también parece haber renunciado a su condición original de no detener los ataques a las posiciones israelíes antes del final de la guerra en Gaza.

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Mitzpe Hila, frontera entre Israel y el Líbano. El zigzag es la UN 2000 Blue Line / Anna Solé Sans

Por otra parte, tal como señala un artículo de la BBC, la diferencia clave entre el acuerdo de alto el fuego en el Líbano y la falta de este en Gaza es que Hizbulá dejó las negociaciones en manos del gobierno libanés, mientras que Hamás lidera las negociaciones en Gaza y se niega a ser representado por la Autoridad Palestina en Ramala. Las divisiones entre los palestinos y la falta de un estado unificado y oficialmente reconocido que gestione las conversaciones con Israel han tenido un papel importante en la falta de un acuerdo de alto el fuego en Gaza. Algunos expertos también mencionan que hay un vacío al liderazgo de Hamás después del asesinato por parte de Israel de importantes figuras de la organización. Eso quiere decir que Hamás no está en condiciones de negociar eficazmente un alto el fuego. Las dificultades de comunicación entre los dirigentes de Hamás dentro y fuera de Gaza hacen que sea todavía más complicado.

El papel de Irán

Irán no inició el 7 de octubre, pero sin Irán no habría pasado. Eso es lo que explicaba una exagente del servicio secreto de Israel, a un grupo de periodistas, entre los cuales había ElNacional.cat. En este sentido, destacaba que no es solo porque Irán está equipado con armas, sino por motivos económicos, ideológicos y de formación. Constataba que en el 2021 y en el 2023 hubo pruebas que Hamás recibía apoyos de otros lados, cuando se dispararon misiles desde el Líbano y Altos del Golán. Habrían encontrado también documentos en Gaza que demuestran reuniones. El 8 de octubre, según destaca, Hizbulá preguntó en Irán si unirse y dijeron que sí, pero sin provocar una guerra a gran escala. Hizbulá, insistía, es muy importante para Irán.

Ali Khamenei lider supremo irán aiatola / Europa Press
Ali Khamenei, líder supremo de Irán / Europa Press

Israel cree que Irán opera en el contexto de sus relaciones con Rusia y Siria. El Líbano, Iraq, Yemen y Siria son zonas de influencia de Irán, y por lo tanto tiene influencia política. Así, constataba que el Líbano hace más de dos años que no hay presidente, y dice que no hay porque precisamente Hizbulá y los otros partidos no podían llegar a un acuerdo sobre quién sería el próximo presidente del país. Para esta exagente de los servicios secretos del país, Irán habría atacado Israel por varios motivos. La segunda vez que Israel tomó represalias fue de una manera muy pequeña y simbólica. En este sentido, hubo un gran debate en Israel, una gran crítica. Ahora bien, insistía, en que había que hacer alguna cosa para que Irán tuviera claras las consecuencias de un posible ataque.

Los iraníes, relataba, no utilizaron drones en octubre porque tardan nueve horas a llegar. Por lo tanto, utilizaron misiles balísticos, que son unos 15 minutos desde el Irán en Israel, utilizan unos 200. Recordaba que Israel es pequeño, y los objetivos militares están cerca de los civiles. De esta manera, expone que es difícil no tocar lugares civiles. La respuesta de Israel, según decía, estuvo muy calculada y detallada y se extendió a diferentes lugares. Especialmente, se tocaron sistemas y misiles. La mayoría, comentaba, eran S 300. Por lo tanto, Irán ahora se ha quedado sin, no tiene. Rusia tampoco puede suministrar porque los necesita por la guerra con Ucrania.

Netanyahu, reunido con el primer ministro Yoav Gallant y los mandos de las FDI
Netanyahu, reunido con el primer ministro Yoav Gallant y los mandos de las FDI

¿Los EE.UU. e Israel están detrás de la caída de Asad?

El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, habría dicho estas últimas semanas que los Estados Unidos e Israel estaban detrás de la caída del régimen de Bashar al-Asad en Siria y también parecía señalar con dicho la culpa en dirección a Turquía. En los comentarios recogidos por la agencia de noticias iraní Tasnim, Khamenei exponía: "No hay ninguna duda que lo que pasó en Siria es producto de un plan conjunto norteamericano y sionista. Sí, un gobierno vecino de Siria juega, ha jugado y está jugando un papel evidente en este sentido —todo el mundo lo ve—, pero el principal conspirador, cerebro y centro de mando se encuentran a América y al régimen sionista. Tenemos pruebas. Esta evidencia no deja lugar a dudas". Después de la caída de Asad y el nombramiento como primer ministro en funciones de Mohammed al-Bashir por parte de los rebeldes, el mundo mira Siria. Rusia e Irán se esfuerzan por forjar nuevos vínculos con los rebeldes sirios, mientras Israel busca aprovechar las oportunidades y Turquía emerge como la "principal ganadora".

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Un soldado del grupo Hay'at Tahrir al-Sham dispara contra un cartel de Asad / Europa Press

Muchos conflictos y guerras de la región del Oriente Medio tienen su origen precisamente en la división entre suníes y chiíes. El enfrentamiento entre estas dos ramas del islam ha provocado guerras civiles en países como Siria, el Iraq, el Yemen y el Líbano. En eso se añade la escalada de tensión entre las dos grandes potencias que lideran los dos bloques del islam: Arabia Saudí, cuya monarquía es suní, y el Irán, gobernado por líderes chiíes.

Por definición, el grupo Hay'at Tahrir al-Sham es una organización yihadista y salafista que participa en la guerra civil siria. A su tiempo, el salafismo es un movimiento suní e islamista, catalogado como extremista, de carácter reformista y ultraconservador que surgió en la península Arábiga durante la primera mitad del siglo XIX, y que ha ido evolucionando a lo largo de los años.

 

Imagen principal: niños refugiados palestinos se amontonan para recibir raciones de comida caliente preparado en una cocina benéfica en Khan Yunis / Efe