ÚLTIMA HORA | Sigue el minuto a minuto del conflicto Rusia - Ucrania

Con la mirada clavada sobre la guerra. China tiene muchas cosas que aprender en la invasión rusa contra Ucrania. El gigante asiático comparte una fuerte amistad con Rusia, hasta el punto que juntos se han propuesto de alguna manera cambiar el orden mundial. Ante la obvia decadencia de Occidente, tanto China como el país de Vladímir Putin desafían a las democracias occidentales. Ha sido Moscú quien ha dado el primer paso, con una ofensiva a gran escala sobre Ucrania. Pero lo ha hecho con el supuesto beneplácito de Pekín: el Kremlin nunca habría movido un dedo si no supiera que cuenta con el apoyo del presidente chino, Xi Jinping. Aparte de la estrecha relación que comparten, se puede decir que los chinos tienen curiosidad por ver qué pasa: también tienen intereses expansionistas en su territorio, con el ojo muy encima de la isla de Taiwán.

La revista norteamericana The New Yorker recoge en un artículo de análisis la manera en que el Partido Comunista Chino se ha preocupado históricamente de que otros poderes se apoderaran de partes de su supuesto territorio. Bajo el mandato de Xi, la situación ha cambiado y las ambiciones de avance territorial de la nación se han vuelto más descaradas. Así lo muestran los diferentes movimientos geopolíticos de los últimos de China, con más presencia en el oeste (en la región de la Cachemira, donde las fronteras de la India) y en el sureste (donde están Hong Kong y Taiwán). En este último caso, Pekín puede ver la invasión rusa como un campo de pruebas para sus intereses en la isla asiática. De la misma manera, los taiwaneses empatizan con la situación de Ucrania. De hecho, en la primera jornada de conflicto, ya saltó la noticia: Taiwán podría ser la próxima víctima. Lo que empezó como una suposición, tomó forma este mismo jueves cuando nueve aviones de combate chinos volaron bien cerca del pequeño país insular.

China, pendiente de los EE.UU. y Taiwán

Todo el mundo puede pensar que la invasión rusa le está saliendo gratis a Putin, pero si Ucrania se le convierte en un tormento como ya pasó a finales del siglo XX con Afganistán, China se lo pensará dos veces: tendrá que pensar profundamente cómo podría afectarla una hipotética ofensiva sobre Taiwán. De la misma manera, una respuesta ineficaz de Occidente podría alimentar la creencia existente en el entorno de Xi que tanto los Estados Unidos y sus aliados están debilitados, divididos y en decadencia. Mientras tanto, los chinos ya han avisado con el mencionado envío de aviones cerca de la isla. Eso en ningún caso quiere decir que se esté cerca de la reunificación, aunque en Pekín ya hace unos meses que se sondea la posibilidad. Hay que decir, además, que en este caso la situación puede ser mucho más compleja: Washington tiene un compromiso por ley con Taiwán desde 1979 mediante el cual tendrá que ayudar en la defensa del país y suministrar equipamiento bélico en caso de conflicto. No existe mucho interés en empezar un enfrentamiento directo entre China y los EE.UU.

Si bien existen claras tensiones territoriales entre Moscú y Pekín, Rusia y China son grandes aliados. Es por eso que la respuesta institucional de los chinos ante la invasión de Ucrania ha sido escasa: la portavoz del gobierno, Hua Chungying, instó este jueves a "mantener la calma" para evitar que la situación se descontrole. Así, evitó en todo momento hablar "de invasión" para describir la agresión. Hace pocas semanas, las dos potencias escenificaron su alianza por la seguridad, de manera que el gigante asiático no prevé dirigir ninguna mala palabra hacia sus socios. Una teoría que se probará pronto en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde los EE.UU. presentan una resolución para condenar el ataque. Tanto Rusia como China tienen derecho a veto en este organismo: Moscú seguro que votará en contra de esta resolución... ¿Pero qué hará Pekín? Los norteamericanos ya saben que por mor de este derecho a veto que ostentan los rusos, su medida no saldrá adelante. Igualmente, obligará a que los chinos tengan que posicionar con claridad sobre el conflicto.

Xi habla con Putin

No sería la primera vez que China abandona Rusia en una situación similar. Hace ocho años, durante la anexión de Crimea por parte de Moscú, Pekín dio apoyo a sus aliados. Pero este apoyo se fue difuminando a medida que el Kremlin se fue quedando aislado en el ámbito internacional. Al principio, Xi respetó a Putin porque "consiguió una gran parte del suelo, recursos y popularidad". Sin embargo, con los días el mandatario chino bajó el tono y simplemente ayudó a paliar los efectos económicos de aquella guerra. Es más, China nunca llegó a reconocer oficialmente la anexión de Crimea.

Parece que ahora puede pasar el mismo. Mientras estamos pendientes de la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, Putin ya ha afirmado este viernes en una conversación telefónica con Xi que está dispuesto a mantener "negociaciones de alto nivel" con Ucrania. El presidente chino parece que ha sido lo único que ha podido calmar un poco los humos de la autócrata ruso. En este sentido, el mandatario asiático se ha mostrado equidistante después de la conversación: da apoyo al hecho de que Kiev y Moscú "resuelvan sus problemas mediante la negociación", que hay que respetar la soberanía e integridad territorial de los estados y que "es importante respetar las legítimas preocupaciones de seguridad de todos los países implicados". Parece claro que Pekín observa la situación con cuidado, intentando no dar ningún paso en falso, para saber como actuar en un futuro respecto de sus ambiciones territoriales. Quiere tener todas las puertas abiertas.