Una conquista rápida y por sorpresa. Esta es la filosofía detrás de los actos de Elon Musk, sus aliados y el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), hecho casi a medida por el magnate. En las últimas semanas, Musk y los suyos se han entregado a toda velocidad a tratar de desmantelar agencias, departamentos, despedir miles de funcionarios y cortar programas. No es que el magnate pueda generar todo este caos y confusión en el corazón del gobierno de los Estados Unidos (EE.UU.) sin impedimentos; sin embargo, los está esquivando incluso con estrategias de dudosa legalidad. Hay que tener en cuenta que Musk está haciendo todo eso sin ser oficialmente miembro de la Administración de Trump, hecho que plantea varias preguntas. Por ejemplo, ¿cómo un magnate no escogido democráticamente está ejerciendo tanto poder? Si no tiene todavía un cargo oficial, ¿quién controla las acciones del hombre más rico del mundo?
El medio estadounidense The Verge, recuerda que, inicialmente, el trabajo de Musk se planteó como hacer recomendaciones para programas que el Congreso podría recortar. Sin embargo, solo tomar posesión, Donald Trump y sus aliados se apresuraron a aprobar un montón de medidas, incluso aquellas promovidas por Musk. De aquí nace el primer encontronazo de Musk con el sistema estadounidense: un tribunal paró el intento del Ejecutivo de cerrar el grifo en las agencias federales. Ante este escollo, Musk se ha decidido a esquivar esta limitación y hacerse directamente con la llave de la caja. Así ha sido, después de una intensa campaña de presión del magnate y sus aliados, DOGE ha conseguido acceso al sistema de pagos del Departamento del Tesoro, el mayor pagador de dinero público en los Estados Unidos, sin contar las cuentas militares.
Sin haber sido ratificado todavía en su cargo por el Senado, Musk tiene control sobre gran parte de las cuentas del gobierno estadounidense, ya ha hecho presión para expulsar a directores de agencias relevantes y trata de deshacerse de ramas enteras del gobierno. Todo, acciones que tendrían que ser fiscalizadas por el Congreso o el Senado, pero no lo son porque, en la práctica, ni Musk ni sus aliados tienen ningún cargo público, como mínimo por ahora, según remarcan varios medios estadounidenses.
¿Si no hay cargo, por qué manda?
"Me cuesta mucho pensar en cualquier persona que haya ejercido el tipo de poder y control que ha ejercido sobre las operaciones gubernamentales durante la última semana", denunciaba a la CNN Kathleen Clark, profesora de derecho de la Universidad de Washington especializada en ética gubernamental. La preocupación de Clark es compartida no solo por expertos y periodistas de los EE.UU., sino por la misma ciudadanía, que en algunos casos ha empezado a manifestarse contra las decisiones del magnate. De hecho, los medios estadounidenses consultaron a la Casa Blanca cuál era el estado laboral del magnate dentro de la Administración.
La respuesta inicial consistió en días de silencio. Finalmente, la Casa Blanca indicó el lunes que Musk ha estado oficialmente trabajando como empleado especial del gobierno. Esta designación significa que el magnate no es un voluntario, pero que tampoco es un empleado federal a tiempo completo. "Los empleados especiales del gobierno son como supervoluntarios. Están más empoderados, pero menos gravados", explicó en la cadena de los EE.UU. Kel McClanahan, el director ejecutivo de los consejeros de Seguridad Nacional, que representa a los empleados federales.
Como empleado especial, el magnate está protegido por una ley federal de conflictos de intereses que prohíbe a los empleados del gobierno participar en cuestiones que afecten a sus intereses financieros. Musk ya ha puesto mano en áreas del gobierno que responden a los intereses de algunas de sus empresas como SpaceX, sin embargo, los encargados de perseguir esta posible falta serían los miembros del Departamento de Justicia (purgado por Donald Trump).
Hasta los rincones mejor escondidos
Si bien hace poco que corre por la Casa Blanca, Musk se ha asegurado de abrir todas las puertas posibles. De hecho, la CNN ha publicado que Musk cuenta con una autorización de seguridad de alto secreto. En poco más de dos semanas, el magnate sudafricano ha extendido sus tentáculos en el seno del gobierno de los Estados Unidos. "Elon no puede hacer ni hará nada sin nuestra aprobación. Y le daremos el visto bueno si procede. Cuando no sea adecuado, no lo haremos", ha declarado Trump, que no es ajeno a las crecientes críticas y malestar, incluso entre los republicanos, por el poder que está concentrando al magnate.