Este domingo el Partido de la Libertad (FPÖ) de Austria ha sido el más votado a las elecciones generales, una victoria de la ultraderecha que no se producía a escala nacional desde 1945. Herbert Kickl ha sido quien ha liderado al partido de ultraderecha hasta este hito con una campaña en qué no ha tratado de maquillar sus posiciones extremistas y donde se ha llegado a definir con el mismo título que lo hizo Adolf Hitler antes de ser Führer.

Kickl es un político de largo recorrido dentro del movimiento de extrema derecha del país. Tiene 55 años y ha hecho carrera a base de proclamas racistas, xenófobas, ultranacionalistas y homófobas. Se ha reconocido abiertamente admirador de Vladímir Putin y Viktor Orbán. No rebaja su discurso para seducir a otros votantes como han intentado hacer otras extremas derechas europeas. En cambio, sostiene sus postulados con la difusión de noticias falsas. Aunque él y su partido han ganado las elecciones, Kickl tiene el título de ser el político que más rechazo genera en Austria, donde el 60% de los ciudadanos no quieren que sea canciller.

'Volkskanzler', el canciller del pueblo

El líder de ultraderecha forma parte de la línea dura del FPÖ y no le ha temblado la mano a la hora de escoger una estrategia abiertamente divisiva. Kickl ha centrado su campaña a presentarse como Volkskanzler, el canciller del pueblo, definición que hacía Hitler. Por otra parte, ha definido las otras formaciones como Volksverräter, traidores del pueblo.

Kickl se puede definir como un populista radical: ha difundido numerosas noticias falsas y teorías de la conspiración. Por ejemplo, mujer amplia cobertura a la teoría de la conspiración denominada el gran reemplazo, la cual sostiene que hay un plan de las "élites" para sustituir la población europea blanca por inmigrantes. Además, niega el cambio climático y sugirió que la Covid-19 salió de un laboratorio y la calificó de "plandemia".

A lo largo de su paso por el FPÖ, Kickl siempre ha mantenido un perfil bajo y ha reconocido que se siente mucho más cómodo trabajando en un segundo plano. No destaca por su carisma personal, pero sí como estratega y orador parlamentario. Durante años escribió los discursos del histórico líder del FPÖ, él ya muerto Jörg Haider, y después fue la mano derecha de Heinz-Christian Strache, el exvicecanciller que dimitió en el 2019 por un gran escándalo de corrupción.

Su voluntad de estar alejado de los focos y su carácter reservado son las razones por las cuales no se sabe prácticamente nada. Kickl no comparte su vida privada en las redes sociales ni le gusta acudir a acontecimientos, a diferencia de sus predecesores, Haider y Strache. Sí que se sabe que nació en una pequeña localidad de Carintia y fue el primero de su familia a llegar a la universidad, donde estudió Filosofía en Viena. Sin embargo, no acabó la carrera ni tampoco una formación militar posterior en una orden de montaña.