La primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, ha sido declarada en busca y captura en su territorio en Rusia. Así lo ha establecido el Ministerio del interior del gobierno de Vladímir Putin. El motivo de Rusia para dar este paso sería la iniciativa de las autoridades de Estonia de desmantelar varios monumentos soviéticos en el país después de la invasión de Ucrania. El hecho es que la biografía de Kaja Kallas está fuertemente influenciada por la experiencia familiar bajo el imperialismo ruso. Su bisabuelo era Eduard Alver, comandante de la guerra de independencia de Estonia de principios del siglo XX.
Los vínculos de Estonia con Rusia han marcado la historia familiar de Kallas, el padre de la cual es exprimer ministro estonio. La madre de Kallas fue deportada en Siberia, cuando era bebé, por el régimen de Jospeh Stalin. Precisamente en este episodio familiar se basa para defender el apoyo a Ucrania en la lucha contra Putin. "Para cualquiera que haya vivido bajo la ocupación soviética, las atrocidades de Rusia en Ucrania reproducen los peores crímenes soviéticos", dijo Kallas en un discurso. "Mi madre era un bebé de solo seis meses cuando ella, mi abuela y mi bisabuela la fueron enviadas a Siberia en vagones de rebaño".
Una abogada al frente del Partido Reformista
Kallas, azote de Putin, empezó su carrera como abogada antes de convertirse en parlamentaria en Estonia y después en el Parlamento Europeo. Se convirtió en líder del Partido Reformista. Bajo su liderazgo, el partido se situó en primer lugar en las encuestas, pero una alianza entre rivales más pequeños impidió que entrara en el gobierno y no se convirtió en primera ministra hasta principios del 2021.
La primera ministra estonia es conocida sobre todo por su apoyo inflexible a Ucrania, pero su perfil político también está marcado por el apoyo a las energías renovables y a una ampliación de los derechos LGBTI. Su talante político se enmarca en el liberalismo económico, proeuropea y socialmente mucho liberal. En marzo del 2023 ganó las elecciones parlamentarias en Estonia defendiendo medidas de apoyo a la ciudadanía ante una tasa de inflación próxima al 20% y un escenario de recesión en el 2022. Todo eso defendiendo, además, el apoyo a Ucrania, una postura que la ciudadanía de su país avala.
El triunfo de Kallas en las últimas elecciones podría haber sido una mala noticia para el Kremlin, que vio reforzada una figura molesta para Vladímir Putin. Poco después de ganar los comicios, Kallas escribió un artículo en The Economist donde abogaba para aumentar el gasto en defensa más allá del objetivo marcado por la OTAN y también por medidas que perjudicaran económicamente el régimen de Putin.