Este sábado 7 de diciembre, la catedral de Notre-Dame de París ha reabierto las puertas después del grave incendio del 15 de abril del 2019. Después de cinco años de reconstrucción, el templo ha acogido este sábado una ceremonia con 1.500 invitados y una cuarentena de jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo, incluyendo Donald Trump y Volodímir Zelenski. El acto ha sido marcado por la situación meteorológica, que ha obligado a celebrar toda la ceremonia en el interior del templo. Una vez han llegado todas, las autoridades e invitados, a las 19.10 horas, han vuelto a sonar las campanas de Notre-Dame.
"¡Notre-Dame, abre tus puertas!", es el que repetido tres veces Laurent Ulrich, arzobispo de París, ante el umbral de la catedral gótica destruida por el fuego en 2019, antes de picar en el portón con su bordón.
La lluvia y el viento, han obligado a adaptar los actos a última hora para que todos estuvieran en el interior de la catedral, no empañaron ni la solemnidad ni el simbolismo del momento.
Los 1.500 invitados han ovacionado largamente a una representación de los bomberos y de las personas que han participado de la reconstrucción.
Macron ha arrancado su parlamento expresando la "gratitud de la nación francesa" a todos los que "han salvado, ayudado y reconstruido" la catedral de Notre-Dame. "Esta noche las campanas suenan de nuevo. Podríamos no haber vuelto a escucharlas nunca", ha asegurado.
Entre los invitados internacionales había, además de Trump y Zelenski, otras autoridades, como el príncipe Guillermo; la primera dama de los Estados Unidos, Jill Biden o el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier.
El acto ha cerrado con uno de los momentos más esperados de la noche: el despertar del órgano original restaurado, que ha vuelto a sonar por primera vez en la catedral desde 2019.