Los rebeldes sirios que este fin de semana han provocado la caída del régimen de Bashar al-Assad han encargado la formación de un gobierno interino a Mohammad al-Bashir con el fin de "gestionar la fase de transición". Al-Bashir había sido hasta ahora presidente del Gobierno de Salvación, administración de facto en la provincia noroeste de Idlib, controlada por el Organismo de Liberación del Levante (Hayat Tahrir en el Sham o HTS, en árabe). El anuncio se ha hecho a través de la televisión siria, que está en manos de los insurgentes, después de una reunión tripartita en Damasco entre el líder del HTS, Abu Mohammad al-Jolani, que encabezó la ofensiva para "liberar" Damasco; el primer ministro sirio saliente, Mohammad Ghazi al-Jalali y el presidente del Gobierno de Salvación, Mohammad al-Bashir. El encuentro tenía como objetivo materializar el traspaso de poder en Siria con el fin de evitar que el país entre en un estado de "caos" después de la salida de Al-Assad.

Sin embargo, este domingo, Hadi Al-Bahra, presidente del máximo órgano político de la oposición siria al exilio, la Coalición Nacional Siria (CNFROS), afirmó a EFE que hay un acuerdo después de la caída de Al-Assad de que el gobierno de transición será "civil", no será del islamista Organismo de Liberación del Levante ni del Gobierno de Salvación. Al-Bahra explicó que entre la coalición opositora hay un conjunto de normas "para garantizar que no haya extremismo sobre el terreno, ni mala conducta, ni violación de los derechos humanos," cosa que ha asegurado que "hasta ahora está funcionando muy bien" aunque todavía no se ha reunido con el líder de HTS.

HTS promete que las "libertades personales" estarán garantizadas

"Nuestras fuerzas están completando el control de la capital y preservando las propiedades públicas. El nuevo gobierno iniciará sus trabajos inmediatamente después de su formación", ha dicho el Mando General de los insurgentes a través de un comunicado publicado en Telegram. Así, ha recalcado que detendrá a los que "propaguen las diferencias sectarias" y "amenacen miembros de minorías", a la vez que ha prohibido la imposición de un código de vestimenta obligatorio para las mujeres y ha garantizado "las libertades individuales" de todos los ciudadanos del país asiático.

"Afirmamos que las libertades personales estarán garantizadas para todo el mundo y que el respeto de los derechos individuales es la base de la construcción de una nación civilizada", ha manifestado, a la vez que ha impuesto un toque de queda en Damasco y otras ciudades después de la huida de Al-Assad. El Mando General también ha concedido una amnistía general a todos aquellos reclutados para el servicio militar durante el régimen. "Sus vidas están fuera de peligro y nadie los podrá agredir", ha señalado en un breve mensaje.