Los rebeldes sirios han planeado la ofensiva que ha hecho caer el régimen de Bashar al-Asad en los últimos doce meses. Así lo ha revelado Abu Hassan al-Hamwi, jefe del ala militar de Hayat Tahrir al-Sham (HTS) en exclusiva a The Guardian. El islamista ha hablado de una operación muy disciplinada en la cual se desplegó una nueva unidad de drones y donde había una estrecha coordinación entre los grupos de la oposición de todo el país. Desde el 2019, el HTS ha desarrollado una doctrina militar para convertir a los combatientes procedentes de grupos de oposición y yihadistas desorganizados en una fuerza de combate.

En su primera entrevista con medios extranjeros, Al-Hamwi ha revelado que desde su última ofensiva, en agosto del 2019, todas las facciones opositoras se dieron cuenta de que "el problema fundamental era la ausencia de un liderazgo unificado y control sobre el campo de batalla". En aquel momento, el régimen de Al-Asad había lanzado una operación en el noroeste de Siria que hizo retroceder a los rebeldes hasta la provincia de Idlib. Desde entonces el HTS quedó acosado en una pequeña parte del territorio sirio, manteniéndose en un punto muerto hasta la ofensiva iniciada este mes de noviembre.

En este contexto, Al-Hamwi se puso a trabajar para entrenar a los combatientes del grupo y desarrollar una doctrina militar integral. "Estudiamos al enemigo a fondo, analizando sus tácticas, tanto de día como de noche, y utilizamos estas ideas para desarrollar nuestras propias fuerzas", ha declarado a The Guardian. Poco a poco, el grupo insurgente se convirtió en una organización disciplinada. Se crearon rangos militares, unidades y fuerzas de seguridad. Asimismo, el HTS empezó a producir armamento propio, vehículos y municiones. Superado por el régimen de Asad, que contaba con una fuerza aérea y el apoyo de Rusia e Irán, el grupo sabía que había que ser creativo para sacar el máximo provecho de los recursos limitados.

También desarrollaron una unidad de drones formada por ingenieros, químicos y mecánicos. La producción de aeronaves empezó en el 2019, ya que, según Al-Hamwi, "necesitábamos drones de reconocimiento, drones de ataque y drones suicidas, centrados en el alcance y la resistencia." Una de las aeronaves más determinantes en la ofensiva que ha hecho caer el régimen ha sido el Shahin, un prototipo de dron suicida que ha tenido una eficacia devastadora. Muchos de los vehículos militares de Al-Assad han sido inhabilitados por el Shahin.

La debilidad de Rusia e Irán

A finales de este mes de noviembre, el grupo rebelde decidió que era el momento adecuado para iniciar la operación contra el gobierno sirio. El HTS vio que los aliados internacionales de Al-Asad habían reducido la ayuda militar, creando una abertura estratégica. Rusia, que proporcionaba gran parte del apoyo aéreo, estaba concentrada en la guerra con Ucrania. Irán y Hizbulá, que habían contribuido con tropas terrestres, se estaban recuperando de su lucha con Israel. Además, los rebeldes querían parar la tendencia de normalizar las relaciones con el régimen de potencias regionales como los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí.

El HTS entró en Alepo el 29 de noviembre. Las unidades de Hizbulá se retiraron ante la ferocidad de los rebeldes. La rápida caída de la segunda ciudad más grande de Siria era uno de los requisitos básicos para el éxito de la operación. Al-Hamwi ha confesado que "una vez liberada Alepo, podríamos movernos hacia el sur, hacia Damasco". Y así fue, el imparable avance del HTS en el norte del país continuó con la toma de Hama, el 7 de diciembre, y Homs. La posterior caída de Damasco resultó en el fin del régimen de los Al-Asad, activo desde hacía 54 años, y la huida del presidente Bashar en Moscú, donde ha recibido el asilo de Vladímir Putin.