El plan del presidente estadounidense, Donald Trump, de recortar el volumen de la administración federal de los Estados Unidos (EE.UU.) ataca a todo tipo de agencias, incluida la NASA. Las políticas de despido y recortes sistemáticos y draconianos implementados por la nueva mano derecha del republicano Elon Musk llama a la puerta de la agencia espacial estadounidense y esta no tiene más remedio que responder. Según informa Nature, la NASA ha anunciado bruscamente el cierre de varias oficinas, así como el despido de más de una veintena de trabajadores.
Estos primeros despidos son solo un inicio, así lo ha reconocido la misma agencia, según DW. Entre las oficinas eliminadas hay la del Científico Jefe, dirigida por Katherine Calvin, una reconocida climatóloga que contribuyó en informes clave de las Naciones Unidas sobre el clima. Calvin, entre otros, han acabado en la calle. Recortar esta rama de la NASA implica que la agencia se queda sin asesoramiento científico independiente, alerta la revista científica Nature.
Además de la oficina dirigida por Calvin, la agencia aeroespacial ha cerrado su Oficina de Tecnología, Política y Estrategia; y la rama de diversidad, equidad, inclusión y accesibilidad de su Oficina de Diversidad e Igualdad de Oportunidades.
Ya no se puede esquivar más
La NASA ha estado evitando hasta ahora los recortes que han afectado al resto de agencias del gobierno. Sin embargo, parece que se ha acabado su suerte y son el nuevo objetivo de Musk, quien tiene intereses claros en el mercado aeroespacial privado. Desde la agencia tratan de enfocar estos despidos del modo más positivo posible. “Para optimizar nuestra fuerza laboral, y en cumplimiento de una orden ejecutiva, la NASA está iniciando el proceso de reducción gradual de personal”, ha declarado la portavoz de la NASA, Cheryl Warner, quien ha apuntado que algunos trabajadores podrán optar al programa de jubilación anticipada.
Más allá de los posibles intereses que pueda tener Musk en debilitar a la NASA, DW recuerda que la agencia cumple un papel crucial en la investigación climática, ya que opera una flota de satélites de monitorización terrestre y desarrolla sofisticados modelos climáticos con código abierto para investigadores y el público. Por su parte, Trump ha calificado el cambio climático de estafa y ha manifestado su desprecio por la ONU y la ciencia climática, al punto de retirar los Estados Unidos del Acuerdo de París por segunda vez. Su administración también ha despedido a centenares de trabajadores de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), otra agencia climática clave del país.