El régimen iraní está dando muestras de que tiene serios problemas para controlar la revuelta contra el velo islámico, que estalló a raíz de la muerte de Masha Amini, después de que fue detenida por la "policía de la moral" por llevar mal puesto el velo. Las protestas se han ido haciendo más multitudinarias y han adoptado una crítica frontal contra el gobierno. En Amol, a pocos kilómetros del mar Caspio y a 180 kilómetros de Teherán, los manifestantes han obligado a la policía a retroceder, en una situación inusual en Irán.
En los incidentes han muerto al menos 9 personas, entre ellas un chico de 16 años, asesinado a tiros cuando las fuerzas de seguridad abrieron fuego contra los manifestantes, según informa la BBC. La protestas se han extendido a más de 20 ciudades importantes, incluida la capital Teherán. Las protestas empezaron en la región kurda de donde era originaria Masha Amini, y desde entonces se han extendido.
Según el Jerusalem Post, habitualmente el régimen iraní permite las protestas durante unos días, y después las reprime con dureza. Añade que eso podría suceder mañana coincidiendo con que es viernes, el día santo musulmán, cuando se movilizan los sectores islamistas más conservadores y partidarios del régimen. Eso será una prueba para el gobierno, porque si no consigue que se activen claramente sectores a favor del gobierno, entrará en un camino difícil.
También se han visto escenas claras de rechazo a la policía del régimen, como el lanzamiento de piedras en un convoy en Teherán. También se han tumbado vehículos policiales.
Mientras tanto, el presidente iraní, Ebrahim Raisi, ha cancelado una entrevista con la CNN en Nueva York porque la entrevistadora, Christiane Amanpour, se ha negado a ponerse el velo islámico durante el programa. "Habría sido la primera entrevista del presidente Raisi en suelo norteamericano, por su visita a Nueva York para asistir a la Asamblea General de las Naciones Unidas. Después de semanas de planificación y ocho horas para instalar equipos de traducción, luces y cámaras, estábamos a punto. Pero no había ni rastro del presidente Raisi", ha tuiteado Amanpour.
Unos 40 minutos después de la hora en que tenía que empezar la entrevista, un ayudante del presidente iraní se ha acercado a la periodista y le ha pedido que se pusiera un velo en la cabeza. "Lo he rechazado educadamente", ha explicado. "Estamos en Nueva York, donde no existe ninguna ley ni tradición con respecto a los velos. He señalado que ningún presidente iraní anterior lo ha requerido cuando los he entrevistado fuera de Irán", ha manifestado.