Por primera vez un país abandonará la Unión Europea. Este miércoles el Reino Unido formalizará su salida del bloque comunitario, nueve meses después del referéndum del Brexit, aplicando el artículo 50 del Tratado de Lisboa (2009). Después de más de cuatro décadas como miembro de la UE, los británicos empiezan este miércoles su separación del bloque comunitario, en un escenario sin precedentes.

Una vez activado el artículo 50, se empezarán a establecer los términos del divorcio, por las dos partes. La primera ministra británica, Theresa May, ya ha puesto sobre la mesa que no quiere tener que aceptar las normas comunitarias con respecto a la inmigración, y que está dispuesta a renunciar al mercado único europeo para conseguirlo. Sin embargo, espera un buen acuerdo con los 27 países miembros. Por parte de Bruselas, no se ha revelado cuáles serán las condiciones de esta negociación, porque han emplazado a esperar que el Reino Unido formalice la salida, pero no quieren mostrarse débiles para no avivar el efecto contagio en otros países.

¿Cómo está previsto hacerlo? Este miércoles el embajador británico en la Unión Europea, Tim Barrow, hará entrega personalmente al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, de la carta en la que el Ejecutivo de Londres notificará que invoca el artículo 50 del Tratado de Lisboa. A partir de aquí, empieza la cuenta atrás para consumar la desconexión, que se tiene que hacer efectiva, según los planes previstos, el 29 de marzo del 2019. Las negociaciones se podrían alargar pasados estos dos años, pero tendrían que aceptarlo los 28 países de la Unión.

Paralelamente, May acudirá al Parlamento para informar en la Cámara de los Comunes de que ya se ha activado el artículo 50. Por su parte, Tusk hará una breve declaración de acuse de recibo y, el jueves, el presidente del consejo hará circular entre los 27 un borrador sobre cuáles serán las directrices de negociación con Londres. Estas directrices tienen que ser adoptadas formalmente en la cumbre especial organizada para el próximo 29 de abril en Bruselas.

Escocia, en el ojo del huracán

May afronta ahora un difícil escenario ya que necesita buscar un buen acuerdo en un periodo de dos años, no sólo para el futuro económico del país, también para satisfacer las aspiraciones de todos los sectores y calmar el debate nacionalista en Escocia. La activación del artículo 50 del Tratado de Lisboa llega justo el día después de que el Parlamento de Escocia haya aprobado pedir formalmente un nuevo referéndum de independencia al gobierno de Londres.

Los independentistas del SNP piden un nuevo referéndum porque creen que las condiciones han cambiado respecto del referéndum de independencia del 2014, cuando el "no" se impuso, porque un 62% de los escoceses votaron a favor de quedarse en la Unión Europea. La primera ministra, sin embargo, ha asegurado en varias ocasiones que ahora no es el momento de hacer el referéndum, y que hay que estar "unidos" para afrontar el reto del Brexit.

Sturgeon rechaza frontalmente un 'Brexit duro', porque cree que sería perjudicial para su economía, pero a estas alturas nada hace pensar que pueda haber un pacto muy favorable para el Reino Unido, ya que la UE teme un efecto contagio en otros países.

Con estas perspectivas, Sturgeon alertó este martes de que los escoceses "no pueden ir a la deriva, cruzando los dedos esperando lo mejor" mientras temen el 'Brexit duro' "que el gobierno conservador del Westminster parece decidido a aplicar". "El futuro de Escocia no puede ser impuesto, sino que lo tienen que decidir los escoceses", y por eso, pedirá un referéndum entre finales del 2018 y principios del 2019, cuando todavía no se haya producido la salida formal de la Unión Europea, pero se sepan las condiciones de la nueva relación con Bruselas.