El Reino Unido abandona esta noche -a las 23h- la Unión Europea (UE), 47 años después de su ingreso en el bloque europeo, para iniciar un nuevo camino, en el cual buscará una nueva relación con Europa y negociará acuerdos comerciales. De esta manera, Londres pondrá punto final a tres años y medio de disputas internas entre ciudadanos y partidos sobre la conveniencia de quedarse o salir del club comunitario.
El 23 de junio de 2016, los británicos votaron por mayoría salir de la UE, después de una intensa campaña a favor del Brexit por parte del actual primer ministro, el conservador Boris Johnson. Antes de la hora señalada, Johnson hará hoy una reunión especial del Gobierno en Sunderland, en el norte de Inglaterra, donde los votantes dieron apoyo al Brexit de manera abrumadora en el 2016, antes de pronunciar esta noche un discurso para marcar la retirada.
"Este es el momento en el cual amanece y se levanta el telón de un nuevo acto", afirmará Johnson en una intervención que hará a las 22h, según ha adelantado la residencia oficial de Downing Street. Además del discurso, se proyectará sobre las paredes negras de esta residencia un reloj que hará la cuenta atrás para el Brexit, mientras que los edificios gubernamentales se teñirán de rojo, blanco y azul, los colores de la Union Jack (la bandera británica).
¿Qué cambiará a partir de ahora?
Aunque el Reino Unido dejará de formar parte de la UE, los cambios no se notarán en la práctica por los ciudadanos y las empresas hasta en el 2021. Londres seguirá cumpliendo las regulaciones de la UE y contribuyendo al presupuesto comunitario durante los próximos once meses, un periodo de transición durante el cual tiene que forjar una nueva relación tanto con el bloque comunitario como con el resto del mundo.
Desde este sábado ya no habrá eurodiputados británicos en el Parlamento Europeo, ni asiento para Boris Johnson, en las reuniones de líderes. Los británicos abandonarán asimismo las agencias técnicas y las magistraturas reservadas para ellos en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE).
En clave nacional, Johnson abolirá el Ministerio del Brexit, un gesto con que quiere recalcar que ha cumplido su objetivo de materializar la salida de la UE, aunque las complejas negociaciones con Bruselas sobre la futura relación bilateral todavía están por empezar -previsiblemente a principios de marzo.
De este diálogo depende el incierto escenario que se abrirá el 1 de enero de 2021, la fecha en la cual el Reino Unido empezará a ejercer realmente como un país independiente de la UE. Hasta entonces, las cuatro libertades de circulación del mercado único -de mercancías, personas, servicios y capitales- continuarán vigentes en territorio británico.
"Una señal de alarma"
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha dicho hoy que el Brexit "es una señal de alarma histórica que nos tiene que hacer reflexionar en todos los países" y ha considerado que la salida del Reino Unido de la UE ha sido posible porque "hemos hecho de Europa el chivo expiatorio de nuestras dificultades".
En un discurso en la nación desde el Palacio del Elíseo, Macron ha recordado "con cuántas mentiras, manipulaciones y exageraciones se hizo la campaña (del referéndum) en el 2016", lo que obliga a "pensar sobre lo que las mentiras pueden hacer sobre nuestras democracias".
À minuit, pour la première fois en 70 ans, un pays quittera l’Union européenne. C'est un signal d'alarme historique qui doit retentir dans chacun de nos pays. Message sur le Brexit : pic.twitter.com/JdUn8rhuCp
— Emmanuel Macron (@EmmanuelMacron) January 31, 2020
Y es que en los últimos años se ha producido un crecimiento de las fuerzas políticas euroescépticas. Precisamente está en Francia donde el partido de Marine Le Pen, Agrupación Nacional, ya es la segunda fuerza política del país y se muestra abiertamente a favor de seguir el camino del Reino Unido. En Italia, la Lega de Matteo Salvini es el primer partido con diferencia del país y también muestra un argumentario contrario a las políticas ejercidas por Bruselas.
Hará falta ver cuáles son los primeros pasos de esta nueva Unión de 27 estados-miembro. Su futuro más inmediato y sus acuerdos con el Reino Unido para los próximos años a buen seguro determinarán si surgen nuevos referéndums de salida en los diferentes países europeos.
Escocia, un nuevo reto para Europa
Escòcia será uno de los nuevos retos que Europa tendrá que hacer frente. Y es que una amplia mayoría de esta nación del Reino Unido votó a favor de permanecer en el club comunitario. Hoy mismo la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, ha intensificado su demanda que se celebre un referéndum de independencia este año, como resultado de la oposición de Escocia al Brexit, a pesar de constatar, hace tan sólo unos días, la firme negativa del Gobierno británico.
En un discurso pronunciado en Edimburgo ha asegurado que "es posible" que Escocia celebre un plebiscito este año, para lo cual su ejecutivo ya se ha puesto a trabajar. Según una encuesta de YouGov publicada ayer, el apoyo a la independencia ha aumentado y por primera vez desde 2015 es mayoritario al alcanzar el 51%, delante del 49% que se opone.
La razón de este cambio sería la cantidad de ciudadanos que da apoyo a la permanencia en la UE y que habrían cambiado de opinión respeto en el 2014 al considerar la independencia como la única vía para poder formar parte de nuevo del club comunitario. Sin embargo, según el sondeo, el 56% no está de acuerdo en que se convoque un nuevo referéndum este año, la opción que defiende Sturgeon, y que sólo cuenta con un 34% de apoyo.
La economía británica, pendiente
La evolución de la economía británica, que según el Banco de Inglaterra crecerá menos de lo previsto en los próximos tres años, dependerá de los acuerdos comerciales que negociará el Gobierno de Boris Johnson con Estados Unidos y los veintisiete de la UE, y también de la política fiscal y de inversiones que anuncie el Ejecutivo conservador, que el 11 de marzo presenta su primer presupuesto general después del Brexit.
Johnson quiere conseguir un tratado comercial con el bloque "al estilo del de Canadá" antes del 31 de diciembre, cuando acaba el periodo de transición -que no contempla extender-. De acuerdo con el Financial Times, planea negociar "en paralelo" un pacto con EEUU, cuyo secretario de Estado, Mike Pompeo, aseguró ayer que el Reino Unido está "al frente de la cola" de las conversaciones comerciales -si bien cualquier trato con la primera potencia mundial se anticipa polémico y complicado-.
En otra muestra de que el Gobierno británico planea divergir del mercado único comunitario, el ministro Michael Gove declaró hoy a la BBC que su "referencia" será el Acuerdo Económico y Comercial Global (CETA) entre la UE y Canadá, que permite el comercio de muchos bienes sin aranceles pero apenas cubre los servicios y mantiene los controles aduaneros.
Como ya hiciera el titular de Economía, Sajid Javid, Gove ha advertido de que las empresas deben estar preparadas para un aumento "de los procesos burocráticos" y "de la fricción" en las transacciones con el bloque europeo, lo que afectará sobre todo a sectores como el manufacturero y automovilístico, dependientes de la armonización normativa para ser competitivos.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha recordado hoy por su parte a la cadena pública la posición de Bruselas: "cuanto más cerca quiera estar el Reino Unido del mercado único, más deberá respetar sus normas y estándares" y, si no lo hace, "más distancia" habrá.