Más planes frustrados por la justicia europea. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha frenado de manera cautelar la deportación de tres de los siete solicitantes de asilo llegados al Reino Unido que Londres pretendía expulsar en Ruanda en un avión, de acuerdo con la controvertida política aprobada recientemente por el Ejecutivo de Boris Johnson sobre las personas que atraviesan el canal de la Mancha. De acuerdo con la decisión tomada en el último momento por la Corte de Estrasburgo, se entiende que los solicitantes de asilo tienen derecho a permanecer en el país hasta tres semanas después de que hayan agotado todas las vías legales para que se les reconozca como refugiados. El plan de Ruanda del gobierno conservador ha sido recibido con fuertes críticas en el Reino Unido y en el ámbito internacional por su motivación, que muchos han tachado de racista y alocada, y por contradecir la Convención Europea de Derechos Humanos. Por su parte, Londres ya ha confirmado que impugnará la decisión del TEDH y sacará adelante su plan, hecho que incluso podría pasar por abandonar la Convención de Derechos Humanos.
Deportación frustrada
La decisión in extremis de Estrasburgo, que ha permitido parar las deportaciones programadas para este miércoles de manera cautelar, se tomó ayer por la noche a partir del caso de un hombre de nacionalidad iraquí. El hecho de que este refugiado seguramente no ha pisado nunca Ruanda ayuda a explicar la polémica generada por el pacto de Londres con el gobierno de este país del África central. En su decisión de paralizar la deportación del solicitante de asilo identificado como K.N., nacido en 1968, el TEDH ha resuelto que el hombre "no tiene que ser expulsado hasta que expire un periodo de tres semanas tras la decisión final en la revisión judicial que está teniendo lugar" por el daño irreparable que sufriría si fuera deportado. Se espera que los tribunales ingleses decidan en julio si la deportación de los solicitantes de asilo en Ruanda se ajusta a la ley y puede continuar. La corte de Estrasburgo tomó en consideración la preocupación sobre estas expulsiones expresada por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y también la ausencia de un mecanismo legal que obligue al Reino Unido a aceptar en K.N. en su territorio si su solicitud de asilo tuviera éxito.
Adelante con el plan
En una sesión de control en el gobierno de Boris Johnson este miércoles, la titular de Interior británica, Priti Patel, ha defendido con firmeza que "siguen comprometidos" con el plan de Ruanda. La ministra ha reiterado su "sorpresa" por la decisión de Estrasburgo, pero ha subrayado que no ha declarado "ilegal" el plan en su conjunto, sino que solo ha frenado de manera cautelar la deportación de tres migrantes hasta que se pronuncie la Justicia británica. En la misma línea de euroescepticismo que caracteriza el gabinete de Johnson, la titular de Interior ha expresado "preocupación" por "la naturaleza opaca" de la decisión del TEDH, que fue tomada a última hora supuestamente por un juez de guardia. Patel ha insistido ante los diputados en que las iniciativas legales no afectarán a su determinación para sacar adelante la política de deportaciones, que ha calificado "moralmente responsable", y ha indicado que "ya se han empezado los preparativos" para organizar el próximo vuelo. En este sentido, la ministra ha dejado la puerta abierta a abandonar directamente la Convención Europea de Derechos Humanos para no tener que estar sometidos a los juicios de Estrasburgo, una medida que algunos políticos conservadores ya contemplan desde el Brexit para "recuperar" su soberanía.