El hecho de que el ejército ruso se haya retirado de Járkov ha tenido más consecuencias de las esperadas. Y además, podría hacer tambalearse el poder que hasta ahora, Rusia ha tenido sobre el Asia central. Laurence Broers, miembro asociado a Chatam House, ha dicho al The Guardian que "el poder de la bandera rusa ha disminuido considerablemente y el sistema de seguridad en el antiguo espacio soviético parece que está roto".
Esta semana, con todos los esfuerzos centrados en Ucrania, los combates en la frontera entre Azerbaiyán y Armenia habrían muerto cerca de 100 soldados. Los dos bandos se acusaron de "provocaciones". Algunos analistas que cita el mismo medio británico constatan que Azerbaiyán habría querido probar cómo le iban las cosas mientras Rusia continuaba su guerra con Ucrania. El caso es que Rusia no quiere ahora otra guerra y decidió instaurar un alto el fuego.
Por otra parte, también ha habido enfrentamientos entre Kirguistán y Tayikistán el miércoles por la mañana, donde murió un guardia fronterizo y otros cinco resultaron heridos en el Tayikistán, según fuentes locales. Este incidente no está directamente relacionado con la guerra en Ucrania, y Rusia ha tenido tradicionalmente buenas relaciones con los dos países. Los analistas dicen, sin embargo, que la invasión rusa ha cambiado completamente el equilibrio de poder en una región que durante años ha sido un campo de batalla para la influencia rusa, china y occidental, y puso Rusia a la defensiva.
En enero de este año, cuando una ola de protestas sacudió Kazajistán, el presidente ruso, Vladímir Putin, aprobó el despliegue de una fuerza CSTO (Organización del Tratado de Seguridad Colectiva) dirigida por Rusia al país. La misión fue breve y no entabló ningún combate, pero fue suficiente para apuntalar la presidencia de Kassym-Jomart Tokayev. Y claro está, ahora, el presidente está en deuda con Putin. Además, las fuerzas rusas manteniendo la paz entre Armenia y Azerbaiyán y el Kremlin reuniendo tropas en la frontera con Ucrania, Putin parecía tener más influencia que nunca en el antiguo espacio soviético.
A pesar de todo, parece que ya no es así. El ejército ruso en Ucrania ha dejado entrever muchos problemas. Desde falta de alimentos, hasta a falta de materiales o entrenamientos. Además, la retirada de tropas rusas de algunos puntos, como por ejemplo, la región de Járkov, podrían haber dejado tocados de muerte los planes de Putin.
Los países exsoviéticos, conmocionados por la invasión en Ucrania
En toda la región, la invasión de Ucrania conmocionó y preocupó los aliados rusos, pero también los animó a adoptar una postura más dura con Moscú. Kazajistán, tradicionalmente un aliado próximo del Kremlin, ha intentado permanecer neutral sobre Ucrania, negándose a reconocer los territorios controlados por Rusia en el este de Ucrania. Eso, evidentemente, no cayó muy bien en Moscú y llevó a cuestionar la soberanía de Kazajistán, incluido el ex primer ministro ruso Dmitri Medvedev, que lo llamó un "estado artificial" en una publicación que después eliminó. De momento, China ha dicho que darán apoyo en el Kazajistán en la protección de su independencia, soberanía e integridad territorial.
Este jueves y viernes, el presidente chino, Xi Jinping, y el presidente ruso asistirán a una cumbre de jefes de estado de la Organización de Cooperación de Shanghái, un grupo de seguridad regional flexible, en Samarcanda, Uzbekistán. Algunos analistas destacan que Putin intentará demostrar que potencias importantes todavía le dan apoyo. Otros, según parece, intentarán demostrar que aunque sigue siendo un actor regional importante, el poder ha cambiado.
Ahora bien, esta hegemonía en la zona, de momento, se mantiene, aunque avanza a golpes. El miércoles, Rusia designó uno de los partidos de oposición de Tayikistán como movimiento terrorista, constata el mismo diario británico. ¿Qué implica eso? Moscú se había resistido durante mucho tiempo, pero esta medida ayudará a que el gobierno del país pueda extraditar a cualquier ciudadano que desee de Rusia. En este contexto, habrá que estar atentos a los movimientos de la cumbre y también en las acciones de Putin, ahora que parece que la "operación militar especial" en Ucrania, vive los peores momentos.