Una revuelta de funcionarios amarga los primeros pasos de Elon Musk a su Departamento de Eficiencia del Gobierno (DOGE), creado para recortar el gasto. Este martes más de 20 trabajadores de la función pública destinados al departamento capitaneado por el propietario de X han renunciado negándose a utilizar su experiencia técnica para "desmantelar los servicios públicos críticos". Las políticas de Musk han chocado con la oposición interna. "Juramos servir el pueblo norteamericano y mantener nuestro juramento a la Constitución en todas las administraciones presidenciales", han expresado los 21 miembros del personal en una carta de renuncia conjunta, que ha trascendido a la prensa de los EE.UU. "No obstante, ha quedado claro que ya no podemos cumplir estos compromisos".

Los empleados también han avisado de que muchos de los colaboradores que ha reclutado Musk para reducir el gobierno federal bajo el presidente Donald Trump son ideólogos políticos que no disponen de las habilidades o la experiencia necesarias para la tarea que se tendrá que hacer en el futuro. La renuncia masiva de ingenieros, científicos de datos y gestores de productos implica un retroceso temporal para Musk y el esfuerzo tecnológico del presidente republicano por hacer recortes de la fuerza de trabajo federal. Sus salidas se producen en medio de una serie de impugnaciones judiciales destinadas a parar o revertir los intentos de despedir o presionar miles de empleados del gobierno para que dejen su trabajo.

¿Quiénes son los trabajadores que han renunciado?

Los empleados que han renunciado habían formado parte de lo que originalmente era el Servicio Digital de los Estados Unidos, una oficina creada durante la administración del presidente Barack Obama en respuesta al lanzamiento fallido de Healthcare.gov, el portal en línea para los norteamericanos que se inscriben a un seguro médico bajo la ley de asistencia sanitaria histórica. Muchos habían ocupado anteriormente altos cargos en grandes empresas tecnológicas como Google y Amazon y se habían unido al gobierno por compromiso con el servicio público, informa Newsweek.

Esta situación se cambió con la decisión de Trump de dar más poder a Musk. Al día siguiente de la toma de posesión de Trump, los trabajadores fueron convocados a una serie de entrevistas donde constataron las operaciones opacas y disruptivas del Departamento de Eficiencia del Gobierno de Musk, o DOGE.

Según el personal, los entrevistadores les preguntaron sobre sus calificaciones y afiliaciones políticas. Algunos entrevistadores mostraron un conocimiento limitado de las cuestiones técnicas, mientras que muchos parecían ser jóvenes, impulsados ideológicamente y más motivados por la admiración por Musk que por un interés genuino en mejorar la tecnología gubernamental. "Algunos de estos entrevistadores se negaron a identificarse, hicieron preguntas sobre la lealtad política, intentaron enfrentar a sus compañeros entre ellos y demostraron una capacidad técnica limitada", han descrito a los empleados a su carta. "Este proceso creó riesgos de seguridad importantes".

"No utilizaremos nuestras habilidades como tecnólogos para comprometer los sistemas gubernamentales básicos, poner en peligro los datos delicados de los norteamericanos o desmantelar servicios públicos críticos", han reiterado. "No prestaremos nuestra experiencia para llevar a cabo o legitimar las acciones de DOGE".