La cuarta noche de incidentes en Francia no han bajado de intensidad, los incidentes se han extendido por todo el país, sobre todo, en grandes ciudades y los suburbios de las grandes metrópolis, que es donde la policía se ha tenido que esforzar más por intentar recuperar un orden que, ahora mismo, parece que está lejos. A pesar del toque de queda de que las autoridades republicanas decretaron en algunos puntos de Francia, para intentar evitar manifestaciones y encuentros que pudieran acabar con incidentes, la violencia se ha apoderado de muchos lugares de Francia, y sobre todo se han vivido escenas muy complicadas en Marsella y Lyon. Sin embargo, los enfrentamientos con la policía, el asalto a edificios públicas, el saqueo de tiendas y el incendio de centros comerciales y vehículos ha sido un goteo durante toda la noche, a pesar de los esfuerzos de 45.000 agentes de la gendarmería y la policía nacional francesa que han desplegado vehículos blindados y unidades de asalto y de intervención como la BRI, el GIGN y el RAID. Hay 80 policías heridos.
Un millar de detenidos en una nueva noche de violencia
Según los primeros datos provisionales facilitados por el ministro del Interior de Francia, Gérald Darmanin, se han detenido casi 1.300 personas sobre todo en Marsella, Lyon y Montpellier. El responsable de la seguridad interior, sin embargo, siguiendo con la línea del presidente Macron, asegura que, hoy por hoy, no hay que decretar el estado de alarma en Francia a pesar de las presiones por parte de la oposición y de los sindicatos de la policía, que ven que la situación ya es crítica después de cuatro noches de violencia extrema. En total se contabilizaron 2.500 incendios y más de 1.300 vehículos calcinados.
En la capital, en París, durante toda la noche se han desplegado agentes por el centro para evitar concentraciones de personas que pudieran acabar con incidentes. Sí que se han reportado incendios, saqueos y asaltos en diversos de los barrios periféricos y a Nanterre, en el norte, y donde se inició esta revuelta, después de la muerte del joven Nahel, por un tiro de la policía, es donde se han registrado incidentes más graves. Nueve de los detenidos se han hecho en este barrio y se los han intervenido cócteles Molotov y garrafas con líquido inflamable.
Marsella, el punto más caliente
Marsella ha sido durante toda la noche la zona de Francia donde los incidentes han generado más preocupación a la policía. Desde que se marchó el sol que los alborotadores, muy jóvenes y muchos hijos de la inmigración del Norte de África, protagonizaron escenas de saqueo y violencia contra establecimientos, edificios públicos, vehículos y directamente contra la policía, con lanzamientos de pirotecnia. Es el punto del país donde se han hecho más arrestados y la lista de desperfectos todavía no se ha podido hacer, pero se han reportado incendios de centros comerciales, como un Aldi, o el asalto a una armería, dónde los violentos se llevaron como mínimo siete rifles. El alcalde de la ciudad, Benoit Payan, de izquierda, tiró un mensaje de socorro a medianoche reclamando más fuerza policial para evitar unos incidentes que calificaba de inaceptables.
En Lyon también se han registrado graves incidentes y la policía confirma que se están investigando, además de los ataques violentos contra los antidisturbios y saqueos de tiendas, también el uso de armas de fuego largas. En un vídeo se puede ver cómo uno de los alborotadores lleva un rifle estilo AK-47 y dispara contra una cámara de seguridad. La confirmación que las personas que están participando en esta revuelta que se ha esparcido por todo el país lo hacen con armas de guerra genera una preocupación extrema a las fuerzas de seguridad, que aunque tienen en la calle desplegadas las unidades de asalto con armas largas y vehículos blindados, temen lo peor.
Durante este sábado se podrá hacer recuento de los incidentes que se han registrado durante esta cuarta noche de incidentes, pero los ayuntamientos están saturados y todavía, algunos, no han podido acabar de contabilizar los incidentes de las primeras noches. Los medios franceses son un goteo de incidentes, de imágenes donde se ven casas particulares de alcaldes de algunas ciudades, completamente arrasadas, o tiendas vacías después del saqueo de los incontrolados. En algunos puntos del país también se han asaltado comisarías y cuarteles policiales, robando material. Según el ministerio del Interior se han atacado 31 comisarías de la policía nacional, 16 comisarías locales y 11 cuarteles de la gendarmería.
El funeral de Nahel puede volver a encender Francia
Este estallido de violencia todavía no ha llegado a su fin. A pesar de los mensajes de Macron haciendo llamamientos a los padres de los jóvenes sublevados a fin de que se queden en casa, hoy se espera una jornada que puede volver a estar muy tensa. Está previsto que este sábado se celebre el funeral por Nahel, el joven muerto por un tiro de la policía cuando escapaba de un control; una ceremonia que se espera privada, pero que seguro que genera protestas y nuevos momentos de tensión en toda Francia.
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La revuelta que se inició en Nanterre y que se ha propagado por todo el país no cuenta con líderes ni ninguna reivindicación clara más allá de canalizar y catalizar una violencia de una parte de la sociedad que vive en estos suburbios de las grandes ciudades francesas y que, aseguran, se sienten maltratados por la policía y no ven que tengan ningún tipo de futuro próspero ni que el poder republicano les tenga en cuenta. Por el contrario, el gobierno francés cree que la violencia está vinculada a los videojuegos y las redes sociales y lo extrema derecha alerta de una posible guerra civil y reclaman más contundencia para poder restablecer y mantener el orden republicano.