Para ser alto representante de la política exterior comunitaria, a Josep Borrell le llueven los enemigos internacionales. Ejemplos recientes podrían ser la crisis con Kosovo o la oposición al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, y ahora también contra Rusia. La portavoz del ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, ha acusado a Borrell de "difundir información falsa e inadecuada" sobre la vacuna Sputnik V. Un juego de reproches que empezaron con el mismo representante de la UE lamentando la "desinformación del coronavirus" que Putin propagaba a su ciudadanía a través de "medios de comunicación controlados".
Borrell abrió el melón de la discordia porque considera que Rusia sólo persigue "el interés de vender su propia vacuna y se burlan abiertamente de la investigación de Occidente". Un escrito que publicó desde su blog personal digital y que no ha sido bien visto por el gobierno de Putin. Zajárova asegura que "aparte de propagar información falsa, demoniza a los medios y los periodistas" de su país y por todo ello considera que "presenta síntomas claros de infodemia". El significado de esta palabra se refiere a un exceso de información sobre un tema, mucha de la cual son falsas noticias o rumores que dificultan que las personas encuentren fuentes y orientación fiables cuando lo necesiten.
El juego de reproches no se queda corto porque el mensaje que lanzó Borrell era contundente. De hecho, comparó la estrategia del gobierno ruso con la de organizaciones terroristas como Estado Islámico, que "también han aprovechado la confusión por el coronavirus para difundir su propia propaganda". Precisamente, era él mismo quien calificaba de preocupante la desinformación porque era "una necesidad urgente". En este sentido, la representante del Kremlin encuentra totalmente "inapropiado" comparar sus esfuerzos con una actividad terrorista. Las tensiones no se han relajado y piden explicaciones y una rectificación a Bruselas que, cuatro días después de la polémica, todavía no ha llegado.
Vacunación en Rusia
Precisamente, Rusia fue el primer país en iniciar el programa de vacunaciones el pasado 5 de diciembre. De momento, el país ha habilitado una setentena de puntos donde los usuarios podrán recibir la Sputnik V, como ha llamado Rusia a su vacuna, que es una clara referencia al primer satélite que envió al espacio. Así pues, si en aquella ocasión se convirtió en el primer país en alcanzar este hito, con este nombre ha querido remarcar que lidera la carrera médica para dar una respuesta a la Covid-19.
La vacunación, que es gratuita y voluntaria, comporta un proceso en el cual se inyecta dos dosis a los pacientes, la segunda 21 días después de la primera. En un primer momento, esta se suministrará a trabajadores del sector sanitario, la educación y los servicios sociales, que se tendrán que registrar en un portal específico. Hay que destacar que se vacunará a personas de entre 18 y 60 años, que no sufran ninguna enfermedad crónica y está prohibida para embarazadas.
Además, no se habilitará a personas que no hayan participado en los ensayos clínicos de cualquier vacuna contra el coronavirus, que hayan recibido inoculaciones durante los últimos treinta días o que hayan sufrido una infección respiratoria durante las dos últimas semanas.