La reunión entre representantes de los Estados Unidos y de Ucrania a Yedda para hablar sobre la paz en Ucrania ha tenido conversaciones fructíferas. Tanto que hoy por hoy depende de Rusia que llegue el alto el fuego. En este sentido, la estrategia del Kremlin se mantiene estable. Esta misma semana, Rusia ha asegurado no quiere una tregua provisional, ya que eso únicamente serviría como "respiro" para el ejército ucraniano, sino un "acuerdo pacífico duradero". Una tregua "no es nada más que un respiro provisional para los soldados ucranianos. Nada más (...) Nuestro objetivo es un acuerdo pacífico duradero que tenga en cuenta los intereses legítimos de nuestro país", explicaba Iuri Ushakov, asesor internacional del Kremlin, en el canal de televisión Rusia 1.
➕ ¿Qué dice exactamente el plan de alto el fuego de Ucrania?
A pesar de todo, no se ha descartado que haya una llamada entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y su homólogo norteamericano, Donald Trump. "Nuestras preocupaciones son conocidas. Los americanos y nosotros consideramos que no se puede ni hablar de la OTAN en el contexto del acuerdo ucraniano, del futuro de Ucrania," constataba. Ni una llamada, ni visitas sorpresa. Así, no ha confirmado ni ha descartado que Putin tenga que recibir Witkoff en Moscú, ya que –ha precisado– las negociaciones ruso-norteamericanas tendrán lugar a puerta cerrada. "Instamos a los rusos a adherirse a este plan. Eso es lo más cerca que hemos estado de la paz en esta guerra", aseguraba Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca. Pero Putin tiene bastante claro que no quiere saber nada de la entrada de Ucrania a la OTAN y quiere que se reconozcan como rusas, y mundialmente, Crimea y las regiones anexionadas a Moscú. Un hecho que, hoy por hoy, solo pasa dentro de las fronteras rusas.

Putin y su apoyo condicionado
Putin, el hombre que todo el mundo espera que hable y diga algo sobre la propuesta, también ha hablado. Por ahora, parecería aceptar "la idea de la tregua" de 30 días en Ucrania, aunque no a cualquier precio. El presidente quiere poner condiciones que expondrá de manera directa con Trump. "La idea de por sí es correcta. Y nosotros, por descontado, la apoyamos, pero hay dudas que tenemos que abordar", explicaba el mandatario en rueda de prensa después de reunirse con el presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko.
Putin hizo estas afirmaciones antes de negociar a puerta cerrada en el Kremlin con el enviado especial de los EE.UU., Steve Witkoff, con quien pensaba tratar tanto sobre Ucrania como encima la normalización de sus relaciones bilaterales. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, había pedido a Putin una respuesta concreta y, ante la demora, acusó a Rusia de buscar "prolongar la guerra y posponer la paz tanto como sea posible".

Sin embargo, el líder ruso tiene claras unas líneas rojas que no está dispuesto a tolerar. Se mantiene firme en lo que repite desde hace un año: Moscú está en contra de dar un "respiro" al ejército ucraniano para que se reagrupe y recupere bastantes justo cuando está perdiendo terreno en el Dombás. "Rusia está de acuerdo con la propuesta de cese de las acciones militares, pero partimos que eso tiene que traer una paz duradera y eliminar los motivos originarios de la crisis", destacaba. Se refería a la necesidad de garantizar que Ucrania nunca será miembro de la OTAN, cosa que Putin coincide plenamente con la nueva Administración norteamericana.
"Nosotros estamos a favor, pero hay inconvenientes", insistía en relación con la tregua. Al hablar de los inconvenientes, se preguntó principalmente qué será de los soldados ucranianos que combaten todavía en la región rusa de Kursk, ocupada parcialmente por Kyiv desde agosto del 2024. "La situación está completamente bajo nuestro control. El contingente que invadió nuestro territorio está aislado (...) Tienen solo dos opciones: o entregarse o morir", dijo. De hecho, Putin se vistió por primera vez la víspera con uniforme de camuflaje e inspeccionó a las tropas en Kursk, donde los rusos han reconquistado más de 200 kilómetros cuadrados coincidiendo con la suspensión de la ayuda militar en Ucrania por parte de los EE.UU.
Las preguntas de Vladímir Putin
En este contexto, de saber qué pasa y qué pasará, Putin se ha hecho varias preguntas, que, según él, los EE.UU. tendrán que responder los próximos días. Las primeras hacían referencia a Kursk. "¿Todos los que están saldrán sin combatir? ¿Los tenemos que dejar marcharse después de que hayan cometido numerosos crímenes contra la población civil? ¿O los dirigentes ucranianos los ordenarán deponer las armas y rendirse? ¿Cómo lo haremos? No se entiende", ha dicho.
También opinaba lo mismo sobre la línea de frente en territorio ucraniano, donde –aseguró– las tropas rusas avanzan en casi todos los sectores y tiene opciones de rodear grandes unidades enemigas. "¿Cómo se utilizarán estos 30 días? ¿Para que Ucrania continúe la movilización forzosa? ¿Para que allí se envíen armas?", señalaba.

Putin se preguntó quién se encargará del control y la verificación del cese de las hostilidades y que el enemigo no lo aproveche para reagruparse. "¿Cómo se nos garantizará que nada de eso pasará? ¿Cómo se organizará el control?", destacaba. Además, se ha preguntado "¿quién impartirá las órdenes sobre el cese de las acciones militares y qué precio tendrán?". "Se imagina, son casi dos mil kilómetros, ¿quién decide dónde y quién violó el posible acuerdo sobre el alto el fuego a lo largo de dos mil kilómetros"?, se ha preguntado.
La confianza llena con Trump
Al respecto, ha asegurado que estas cuestiones exigirán un trabajo "duro" por los dos bandos y ha mostrado dispuesto a tratarlo con los EE.UU., que ha llegado con Ucrania al acuerdo sobre la tregua esta semana en la ciudad saudí de Yedda. Puede ser que al presidente Trump y yo lo hablemos por teléfono y lo discutamos juntos. Pero la idea en sí misma de poner fin al conflicto por medios pacíficos la apoyamos", insistía. Al respecto, Putin agradeció a su homólogo norteamericano los esfuerzos por poner fin al conflicto en Ucrania.