El ejército ruso ha asegurado este viernes haber tomado este año más de 330 kilómetros cuadrados de territorio en la región ucraniana de Járkov, donde Moscú querría crear una franja de seguridad, según Kyiv. En total, en el 2025 las tropas rusas han conquistado 18 localidades en Járkov, según han explicado los oficiales de la agrupación militar Zapad (Oeste) al ministro de Defensa, Andréi Beloúsov.
Los combates continúan actualmente en cuatro localidades, han añadido a los oficiales, según informa Defensa en su canal de Telegram. Estos combates tienen lugar en dirección a la ciudad de Izium –casi 50.000 habitantes antes de la guerra–, el principal objetivo de la actual ofensiva rusa en este sector del frente.
Los rusos, que tomaron esta urbe en el 2022 y la perdieron meses después, quieren utilizar Izium como base para atacar desde el norte los bastiones ucranianos en Donetsk. Ucrania aseguró que el enemigo ha empezado una ofensiva en las regiones de Sumi y Járkov con el objetivo de crear una zona de seguridad que aleje la artillería ucraniana de la frontera común. Con todo, por eso tendría que expulsar primero a los ucranianos de las regiones de Kursk, donde conservan menos de 100 kilómetros cuadrados, y Bélgorod, donde habrían penetrado recientemente.
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Un misil balístico ruso Iskander-M impactó a principios de semana en un antiguo complejo turístico en el pueblo de Vyisokyi, cerca de la ciudad de Járkov, dejando una desoladora estampa de destrucción y escombros. Aunque desde la carretera del edificio parecía haber resistido, la fachada de atrás fue prácticamente destruida por la explosión.
"El misil llegó al edificio principal del complejo vacío", informó el martes por la mañana al jefe de la administración militar regional, Oleg Sinehubov, en Telegram. El ataque también dañó un restaurante próximo y pequeñas cabañas de vacaciones de madera. En el patio delantero, los restos del misil y varios ladrillos destruidos cubrían el suelo. Entre los escombros, hay un viejo Opel dañado y un cartel polvoriento de un bar que, según los vecinos, no funciona desde los tiempos de la Unión Soviética.
Un hombre de la zona, que accedió a hablar con Ilta-Sanomat bajo la condición de anonimato, relata que, al ataque, había dos personas dentro del edificio. "Estaban en el sótano y sobrevivieron con heridas leves", ha explicado. "Afortunadamente, no estaban fumando en aquel momento", bromea.
La alarma antiaérea no se activó antes del impacto. Vysokyi se encuentra a menos de 50 kilómetros de la frontera rusa, cosa que deja muy poco tiempo para que los sistemas de defensa aérea ucranianos reaccionen delante de un misil que es capaz de llegar en menos de un minuto. "Las personas en la casa ciertamente habrían muerto si hubiera sido golpeada por dos Iskanders", ha dicho el hombre. Cada misil Iskander costa alrededor de tres millones de dólares, calcula Forbes. "Es un precio muy alto para destruir un viejo centro turístico vacío. No tiene ningún sentido. Pero pasa a menudo", concluyó.