Más incertidumbres sobre la planta nuclear de Zaporiyia, centro de los bombardeos de los últimos días. Ya hace 190 días que empezó la invasión rusa de Ucrania. Ahora, los esfuerzos se centran, en parte, en la central nuclear mayor de Europa, controlada por los rusos desde el mes de marzo. Cada día hay especulaciones sobre posibles fugas de radiación por los constantes bombardeos en la planta. ¿La autoría? Tanto Rusia como Ucrania se acusan mutuamente de ser los causantes.
Este miércoles, el equipo del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ya había dejado Kyiv para dirigirse a la central nuclear de Zaporiyia. Sin embargo, de camino, problemas inesperados para el equipo de expertos. Algunos científicos consultados, sin embargo, consideran que los peligros de un accidente nuclear no serían comparables a los de Chernóbil ni Fukushima. A pesar de todo, los bombardeos no se detienen y la situación en torno a la planta es complicada y peligrosa.
Ucrania ha acusado a Rusia de bombardear deliberadamente las carreteras para que los inspectores de la OIEA no puedan entrar en la planta de Zaporiyia y evaluar los daños. Un asesor presidencial también ha validado esta teoría y ha destacado el interés del Kremlin para que los investigadores pasen por los territorios ocupados. Por otra parte, la administración prorrusa de Energodar ha denunciado este martes un nuevo ataque ucraniano contra la planta.
Incertidumbre sobre la visita del equipo de la ONU a la central nuclear
Los inspectores han llegado este miércoles a Zaporiyia, ciudad controlada por Ucrania. Pero no se sabe a ciencia cierta cuándo podrán acceder al interior de la central. Según los informes, la misión en territorio controlado por Rusia, que tiene representantes de países considerados neutrales por ambas partes, duraría cuatro días. Ahora bien, las autoridades de la OIEA han dicho ahora que solo tendrán acceso un día, no cuatro. También han dicho que se espera que la misión se una en la fila de civiles que creen de un lado al otro entre el territorio controlado por Rusia y Ucrania. Si eso pasa, podría retrasar o interrumpir la visita.
Estos posibles obstáculos se suman a los problemas de seguridad. Ucrania y Rusia han dado las garantías de seguridad para que la misión viaje a la planta y las áreas vecinas, ha expuesto Rafael Grossi, jefe de la agencia, antes de partir de Kyiv. Pero en la práctica, la seguridad garantizada genera dudas.
La planta nuclear y los pueblos de los alrededores todavía son objeto de bombardeos. La semana pasada, los combates dentro y en torno a la planta nuclear mayor de Europa estropearon suministros de electricidad vitales, cosa que generó preocupación mundial. En este contexto, Grossi describió la misión como "muy compleja". "Vamos a una zona de guerra", ha expuesto. "Vamos al territorio ocupado. Y eso requiere garantías explícitas no solo de los rusos, sino también de la República de Ucrania".