Desde este miércoles, 31 de agosto, y hasta el sábado, 3 de septiembre, Gazprom ha suspendido el suministro de gas en Alemania a través del oleoducto Nord Stream. La decisión del gigante del gas ruso se debe a una serie de tareas de mantenimiento del único equipo para bombeo gas que la infraestructura tiene en funcionamiento en este momento. El bombeo se ha parado a las 4:00 de la madrugada, hora de Moscú, según datos de la misma compañía, que ha especificado en un comunicado que "el conjunto de tareas relacionadas con el contrato vigente de servicio técnico se llevará a cabo con especialistas de la empresa Siemens".

Se reanudará el bombeo esta misma semana

Según Gazprom, estas tareas ya estaban previstas, ya que "cada 1.000 horas hay que llevar a cabo un mantenimiento técnico, que incluye también una revisión del chasis, para poder detectar fisuras, deformaciones o manchas de quemaduras". A partir del 3 de septiembre, se restablecerá el bombeo de gas a los mismos niveles que antes del paro de las operaciones.

Aunque esta suspensión momentánea del bombeo de gas se debe a las tareas de mantenimiento, estas están bajo sospecha, ya que Rusia ha ido reduciendo lentamente el volumen de los suministros por el Norte Stream. ¿La excusa? Problemas técnicos y la necesidad de arreglar las turbinas del gasoducto. Sin ir más lejos, hace un mes, el 27 de julio, Gazprom anunció que cortaría el bombeo de gas a una quinta parte de la capacidad del gasoducto. Desde Alemania, todo se vio como una "estrategia de guerra", por el apoyo de Berlín en Ucrania durante el transcurso del conflicto con Rusia.

Acusaciones en los países occidentales y sus sanciones

Desde el Kremlin, el portavoz Dmitri Peskov ha asegurado en las últimas horas que, aparte de los problemas tecnológicos que habrían provocado las sanciones occidentales en Rusia por la invasión de Ucrania, "no hay nada que pueda impedir los suministros". Así, ha señalado a los Estados Unidos, el Canadá y los países europeos como culpables de "no poder ofrecer un servicio técnico adecuado, hacer las reparaciones necesarias y tampoco formalizar jurídicamente el retorno de los equipos allí donde son utilizados".

De esta manera, según el gobierno ruso, estos obstáculos forman parte de las "acciones irracionales de los europeos que son muy difíciles de entender e imposibles de explicar, pero por las que los ciudadanos tienen que pagar un precio muy alto". En este sentido, desde Moscú han ido insistiendo en que la situación se podría resolver poniendo en marcha el gasoducto Nord Stream 2, que nunca se ha llegado a poner en funcionamiento porque Alemania congeló la certificación el 22 de febrero, dos días antes de la invasión de Ucrania.