Rusia ha cortado el suministro de gas en Letonia, según ha anunciado este sábado el consorcio gasístico Gazprom. ¿El motivo? "Las violaciones de las condiciones para la selección de gas", se ha limitado a explicar la compañía, sin ofrecer más detalles. Es verdad que Letonia y las dos otras repúblicas bálticas, Estonia y Lituania, se habían negado a pagar en rublos, tal como había establecido Vladímir Putin para apretar los países hostiles (antes, los pagos se hacían en euros o dólares). Y es que el Kremlin ya suspendió las entregas de gas en países de la Unión Europea como Polonia y Bulgaria para no aceptar la exigencia rusa. Ahora ha sido el turno de los letones. ¿Qué pasará con Estonia y Lituania? Habrá que esperar.
En este sentido, el corte ha pasado un día después de que el país báltico anunciara la reanudación de las importaciones de gas ruso mediante de una compañía mediadora. Además, hace poco que el Parlamento letón prohibió la compra de gas ruso a partir de 2023, aunque el año pasado compraba en torno al 90% de su gas en Moscú. Concretamente, Letonia recibió los años 2019 y 2020 más de 1.600 millones de metros cúbicos de gas anuales, según las cifras de Gazprom. Pero hay que tener en cuenta que la república dispone de un gran depósito subterráneo de gas en la ciudad de Incukalns, operado por Conexus Baltic Grid: una red unificada de distribución y almacenaje de gas para los tres países bálticos.
La estrategia de guerra de Rusia en Europa
Todo eso tiene lugar la misma semana en la cual Gazprom ha vuelto a reducir el suministro de gas ruso en Europa (exactamente, en Alemania). Berlín ha considerado que este nuevo recorte es una "estrategia de guerra", aunque el presidente ruso ha insistido en el hecho de que el consorcio gasístico cumplirá sus obligaciones contractuales. La realidad, sin embargo, es que la compañía se ha dedicado a excusarse en "motivos técnicos" para justificar los últimos recortes de gas. De hecho, ha responsabilizado directamente a la compañía alemana Siemens, propietaria de las turbinas de la estación compresora.
Gazprom también ha señalado a menudo que la culpa es de las sanciones occidentales. Una línea en la cual también se ha manifestado el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov, que ha declarado recientemente que el gasoducto Nord Stream 2 "podría satisfacer plenamente las necesidades de Europa". ¿Por qué no lo hace, pues? Pues porque los europeos "no permiten su funcionamiento por motivos políticos". Y es que el Norte Stream 2 fue suspendido por Alemania, justo antes del inicio de la invasión rusa de Ucrania. Entonces, el gasoducto nunca se ha llegado a poner en marcha. De momento, la Unión Europea ha decidido responder a la falta de suministro de gas ruso con medidas de ahorro energético.