La región de Transnistria, en Moldavia, es el nuevo foco de conflicto del Kremlin. La agencia de noticias rusa Tass ha informado de que los servicios de seguridad de la región habrían frustrado un intento de asesinato del líder internacionalmente no reconocido Vadim Krasnoselsky.

Los intentos de asesinato de varios funcionarios de Transnistria se han perpetrado siguiendo las instrucciones del servicio de seguridad ucraniano del SBU, según ha informado el ministerio de seguridad estatal de la república. Los sospechosos de preparar un intento de asesinato del líder de Transnistria fueron detenidos y están siendo interrogados".

En este sentido, la agencia recoge también que "el inminente intento de asesinato del líder de Transnistria se califica de preparación para un ataque terrorista. El fiscal de Transnistria ha dicho que la SBU estaba preparando un ataque terrorista con un coche bomba en el centro de Tiraspol".

Las afirmaciones no han podido ser verificadas de manera independiente. Transnistria intentó separarse de Moldavia a principios de la década de 1990.

Un conflicto que viene de lejos

Rusia ha sido acusada recientemente de querer provocar o estar impulsando un golpe de estado en Moldavia, un país que hace frontera con el suroeste de Ucrania, que podría arrastrar a la nación a la guerra del Kremlin. El presidente ruso, Vladímir Putin, ha acusado a Kyiv, sin ningún tipo de fundamento, de buscar asaltar el territorio de Transnistria, declarado prorruso. Moscú tiene un punto de apoyo militar. Eso ha provocado temores y miedos.

Moldavia ha estado enfrentándose a las tensiones crecientes tanto por su gobierno proeuropeo como por sus partidos opositores próximos. En los últimos días, la presidenta Maia Sandu ha acusado a Rusia de conspirar para derrocar su gobierno y descarrilar sus aspiraciones a unirse a la Unión Europea. "Algunos quieren que nuestro país caiga para instalarse (en la capital) un gobierno esclavizado a los intereses del Kremlin", exponía Sandu hace unos días. Moscú ha negado estas declaraciones y ha dicho que eran un intento de las autoridades de Moldavia para distraer la atención de sus "fracasos sociales y económicos".

Varios analistas no descartan que el "conflicto congelado" de Transnistria pueda ser un desencadenante para que Moldavia renuncie a su neutralidad en el futuro. Así, hoy este conflicto está bajo control relativo. Por ahora no se ha disparado ni un solo tiro desde 1992, cuando el enfrentamiento entre Chisinau y la no reconocida "Moldavia de Transnistria" entró en una fase pacífica. Rusia prometió salir de la región a finales de la década de 1990, pero hasta ahora no ha cumplido su obligación.

El artículo 11 de la Constitución de Moldavia establece que "La República proclama su neutralidad permanente, [...] no permite el despliegue de fuerzas militares de otros estados en su territorio", según recuerda el portal Euronews. Quien sabe si el escenario cambia con la invasión rusa de Ucrania, y el país decide abandonar la neutralidad.

 

Imagen principal: el presidente ruso, Vladímir Putin, pronunciando un discurso sobre el Día Internacional de la Mujer / Efe