El presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo iraní, Ebrahim Raisi, han presidido este miércoles por videoconferencia, la firma de un acuerdo para construir una línea ferroviaria en territorio iraní que formará parte de un corredor internacional de transporte Norte-Sur entre Rusia e india, ahora en fase embrionaria. La línea de ferrocarril acordada, entre Rasht y Astara, se considera un eslabón importante del corredor, que pretende conectar India, Irán, Azerbaiyán, Rusia y otros países por vía férrea y marítima. Esta ruta, según Rusia, puede rivalizar con el canal de Suez como gran ruta comercial mundial.
Rasht es una ciudad iraní en la orilla del mar Caspio y a medio camino entre Teherán y Azerbaiyán. Y Astara es una ciudad que se encuentra en el norte de Irán, en el paso fronterizo entre Irán y Azerbaiyán. También está situada en la costa del mar Caspio.
"Esta singular arteria de transporte Norte-Sur, de la que formará parte el ferrocarril Rasht-Astara, contribuirá a diversificar de forma significativa los flujos de tráfico mundiales", ha declarado Putin. También ha indicado que los 162 kilómetros de ferrocarril a lo largo de la costa del mar Caspio ayudarán a conectar los puertos rusos en el Mar Báltico con los puertos iraníes en el océano Índico y el Golfo. "Sin duda, este acuerdo es un paso importante y estratégico en la dirección de la cooperación entre Teherán y Moscú", ha declarado Raisi.
Rusia e Irán han decidido estrechar los vínculos políticos y económicos después de las sanciones económicas que Occidente ha impuesto a los dos países, el primer acusado de la invasión de Ucrania y el segundo de financiar grupos terroristas en Siria, el Líbano y otros países, y de fabricar una bomba nuclear.
Mientras tanto sigue la guerra con Ucrania y esta podría haber neutralizado el arma hipersónica más potente del Kremlin, haciendo caer seis de los seis misiles Kinzhal lanzados a Kíiv. Aunque habría tenido un coste alto. Horas después se habría sabido que este combate intenso nocturno habría estropeado un sistema de defensa aérea Patriot.
Iuri Ihnat, portavoz del mando aéreo de Ucrania, ha dicho que Moscú también había bombardeado la capital con nueve misiles Kalibr y tres cohetes balísticos, seis drones de ataque y tres de reconocimiento, recoge el The Guardian. Todos habrían sido abatidos, comenta diciendo que habrían frustrado lo que nombran terrorismo aéreo.
El ataque a Kíiv ha sido uno de los mayores desde la invasión del año pasado y ha seguido al viaje de tres días del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, a Europa. Durante reuniones en Londres, Berlín, París y Roma, el presidente de Ucrania aseguró promesas de más asistencia militar, incluidos los drones de ataque de largo alcance del Reino Unido.