Rusia ha acusado este lunes en Ucrania de ser un "régimen neonazi y rusófobo" que "promueve el odio" contra su población rusoparlante. Así lo ha detallado el equipo legal ruso en una audiencia a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en la que Moscú ha pedido desestimar una disputa entre los dos países sobre la Convención contra el Genocidio.
Ucrania acusó a Rusia de "manipular la noción de genocidio" recogida a la Convención contra el Genocidio —ratificada por 133 países desde 1948, incluidos Rusia y Ucrania— para "justificar la agresión" en febrero del 2022, ya que Moscú —alegó Kyiv— utilizó este tratado para argumentar la invasión y el uso de la fuerza, después de acusar al gobierno ucraniano de estar cometiendo un presunto genocidio en las regiones de Lugansk y Donetsk.
¿Cómo justifica Rusia la invasión de Ucrania?
El diplomático ruso Gennady Kuzmin, que ha expuesto este lunes los argumentos de Rusia sobre cuestiones legales que rodean la competencia de este tribunal sobre este caso, ha alegado que la CIJ, el máximo tribunal de las Naciones Unidas, no tiene jurisdicción porque, en su visión, no hay ninguna disputa sobre esta convención en concreto, destaca Efe.
Kuzmin ha subrayado que "la Convención no da derecho a utilizar la violencia, ni Rusia ha dicho nunca que lo haga", y ha asegurado que, en realidad, Moscú justifica la invasión en Ucrania en el "derecho a la defensa propia y general en caso de un ataque armado" (artículo 51 de la Carta de la ONU).
En este sentido, ha acusado a Kyiv de "lanzar una guerra a gran escala" contra el Donbás en el 2014, y de "promover el odio" contra la población "rusoparlante" de esta zona, y enumeró una serie de acusaciones contra el gobierno ucraniano, a quien ha definido en numerosas ocasiones como un "régimen neonazi".
"El régimen ucraniano glorifica criminales de guerra nazis, adopta simbología nazi, y no prohíbe grupos nazis. Además, prohíbe la educación en idioma ruso y saca el idioma ruso de todas las esferas públicas. Prohíbe libros y artistas rusos. Las iglesias ortodoxas rusas son violentamente confiscadas por las fuerzas de seguridad ucranianas y militantes neonazis", ha dicho y recoge Efe.
Rusia, con problemas para tener un equipo legal
Rusia ha tenido problemas para reunir su equipo legal, ya que después de la invasión, la mayoría de los abogados dimitieron o fueron despedidos por su posición contra la guerra. La mayor parte del equipo ahora está formado por representantes rusos ante diferentes organismos internacionales, expertos iraníes y chinos, y letrados de un bufete ruso.
También de parte de Rusia, Alfredo Crosato Neumann, del Instituto de Estudios Internacionales y de Desarrollo, añadió que la Convención contra el Genocidio "no regula la cuestión del uso de la fuerza", ni tampoco "cubre reclamaciones sobre presuntas violaciones" de la Carta de la ONU, y la jurisdicción de la CPI se limita a "las violaciones de la misma Convención".
Kuzmin explicó que, para este caso, Kyiv no acusa a Rusia de "cometer un genocidio, ni tampoco la acusa de no prevenir o castigar" actos genocidas, "incluso Ucrania insiste en que no ha tenido lugar ningún genocidio", cosa que, según el agente ruso, tendría que ser motivo suficiente, por sí mismo, para rechazar este caso, porque, si no hubo genocidio, no puede haber una violación de la Convención contra el Genocidio.
Para Moscú, nada tiene sentido
Para Moscú, la CIJ solo tendría jurisdicción sobre el caso si Ucrania acusara a Rusia de haber cometido un genocidio y hubiera una disputa entre los dos estados sobre esta cuestión. Por lo tanto, instó al tribunal a rechazar todas las alegaciones de Ucrania "por falta de jurisdicción".
Las audiencias sobre este caso, programadas hasta el 27 de septiembre, solo se centran en escuchar los argumentos legales de los dos países sobre si la CIJ tiene o no jurisdicción sobre este caso, y no entrarán todavía en el fondo de la cuestión misma sobre la acusación ucraniana.