La población rusa no ha recibido con los brazos abiertos la medida del Kremlin de movilizar "parcialmente" a los ciudadanos para hacer frente a las continuas derrotas que el ejército regular está afrontando ante Ucrania. Poco después de que lo anunciara el presidente ruso, Vladímir Putin, miles de ciudadanos salieron a las calles a protestar por la medida. Al menos 1.311 personas han sido detenidas en 38 ciudades rusas el miércoles después de saber la noticia de la movilización. Solo en San Petersburgo se ha contabilizado 524 y en Moscú 502, donde las manifestaciones han sido más multitudinarias. En este contexto, el Kremlin parece haber querido sacar el foco de las grandes ciudades a la hora de reclutar reservistas. Según informa El Mundo, el gobierno ruso está reclutando reservistas en las zonas más pobres, alejadas del frente y con un mayor número de población de minorías étnicas.

Lejos de las cámaras de las capitales, los más afectados por la medida de movilizar a los reservistas están siendo las comunidades de minorías étnicas y las más pobres. "¡Se los están llevando todos!", ha lamentado desde Buriatia la activista Victoria Maladeava, de la Fundación Buriatia Lliure, quién recomienda huir a la vecina Mongolia mientras sea posible. En otras regiones pobres se repiten estas imágenes, como por ejemplo Daguestán. La zona de Siberia también está siendo de las más afectadas por el momento.

Sin embargo, no todos los reclutamientos se producen en las zonas más alejadas de Rusia. En Moscú, equipos de fuerzas de secuestrantes han desarrollado un dispositivo para cazar gente en el metro de la capital, especialmente aquellos que no tienen apariencia eslava. La policía también ha entregado citaciones para ir al frente a las personas que fueron detenidas en las manifestaciones contra la movilización.

Diáspora de reservistas rusos

Después del anuncio de la movilización militar parcial, muchos de los posibles afectados empezaron a huir del país con el fin de no acabar siendo enviados a la guerra de Ucrania. Las posibilidades para desplazarse de los rusos son limitadas, en gran medida por las sanciones impuestas por la invasión. Los que se lo han podido permitir han abandonado el país en avión, los precios de los cuales se dispararon desde el anuncio. Los rusos con menos recursos económicos y que tienen la suerte de vivir cerca de alguna frontera han tratado de huir en coche.

El futuro de los que huyen es incierto, en especial en la Unión Europea, la cual había restringido mucho los visados para los ciudadanos rusos a causa de la guerra. Algunos estados como Alemania abren la puerta a ofrecer asilo a los que huyen del reclutamiento y otros como los países bálticos se muestran reticentes a abrir la puerta a reservistas.