En el vigésimooctavo día de guerra en Ucrania, las tropas rusas se encuentran muy lejos de cualquier ofensiva relámpago que se pudiera plantear en un inicio. Casi un mes después de empezar la invasión, el ejército ruso ha perdido mucho equipamiento y, sobre todo, muchas vidas. Hace unos días el Pentágono ya advertía que más de 7.000 soldados rusos habían perdido la vida en el conflicto, hecho que dejaba sin capacidad de acción a batallones enteros. Este miércoles, un oficial estadounidense ha afirmado que el poder de combate ruso ha caído por debajo de 90% desde el inicio de que Vladímir Putin afirma que es una "operación militar especial", según informa The Guardian. Este debilitamiento parece haber motivado una reacción todavía más violenta sobre los territorios donde los rusos tienen capacitado de acción, por ejemplo, Mariúpol.

Lees tropas rusas se encuentran afectadas por la resistencia ucraniana a la invasión, pero aunque se hayan debilitado, no retrocede voluntariamente. La ofensiva rusa continúa. La rama más visible de esta ofensiva son los bombardeos sobre las ciudades, siendo la más conocida por eso Mariúpol, pero en las últimas 24 horas han empezado a atacar por primera vez Odesa y han seguido disparando proyectiles a Khàrkiv. Donde el ejército ruso está encontrando más dificultades para continuar su plan de invasión, está en el plan del avance sobre el terreno. Como ya es habitual, las tropas de Rusia han avanzado de forma muy lenta las últimas horas y todavía no han llegado a la capital, Kyiv.

 

Al inicio de esta guerra, Kyiv parecía un objetivo sencillo de conquistar por los rusos. Pocos días después de los primeros pasos de la invasión, la capital ucranianas parecía tener los días contados. Casi un mes después, la capital resiste a pesar de haber sido bombardeada. No solo eso, durante la jornada anterior el ejército ucraniano recuperó una ciudad próxima a la capital que estaba bajo control ruso, Makariv.

Los ojos sobre Mariúpol y Bielorrusia

Ucrania ha denunciado varias acciones de Rusia en las últimas horas. Una de las más graves ha sido la acusación de los ucranianos que afirma que las tropas rusas han interceptado un convoy de ayuda humanitaria que se dirigía a Mariúpol. En un mensaje grabado, el presidente Zelenski ha afirmado: "Trabajadores del Servicio Estatal de Emergencias y los conductores de autobús han quedado prisioneros. Estamos haciendo todo el posible para liberar a nuestra gente y desbloquear el movimiento de carga humanitaria". El presidente ha aprovechado para denunciar las condiciones en que se encuentran los ciudadanos con que no han podido huir de la ciudad y que están a merced del ejército ruso. En una línea similar, se han empezado a filtrar informaciones que ninguno de los lutos bandos ha confirmado todavía sobre la posible destrucción de un puente a Chernígov, por donde llegaba ayuda humanitaria a la ciudad.

Otra alerta ucraniana que se ha dado a conocer a primeras horas de la mañana ha sido los movimientos que la Inteligencia de Ucrania apunta en Bielorrusia. Según el último informe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Rusia continúa la movilización encubierta para reponer las pérdidas de las tropas que ocupan Ucrania y asegura que incluso las comisarías están intentando reclutar personal retirado con experiencia en combate. Esta movilización estaría teniendo lugar a lo largo del territorio bielorruso.