Rusia sigue con los tejemanejes y ha vuelto a reducir el suministro de gas ruso a Europa, aunque Vladímir Putin aseguró la semana pasada el cumplimiento de los compromisos. La cuestión es que el gigante gasístico ruso Gazprom ha anunciado este lunes una nueva reducción del suministro de gas por el gasoducto Nord Stream a partir del 27 de julio, hasta 33 millones de metros cúbicos diarios (menos de un 20% de la capacidad total). ¿La excusa? La de los últimos días: la necesidad de parar otra turbina por mor de su estado físico. Es lo mismo que ya dijo el pasado 11 de julio, cuándo el mencionado gasoducto suspendió su actividad por un supuesto "mantenimiento". Así pues, cada vez más se confirman los miedos de Alemania, que está con el corazón en un puño porque el cierre puede ser definitivo.
Es decir, Gazprom ha vinculado la reducción al estado técnico de una turbina después de que se haya cumplido el plazo para una nueva reparación, de acuerdo con lo que estipulan las normas técnicas. Actualmente, Rusia suministra solo el 40% de los compromisos habituales de gas porque supuestamente espera la devolución de una de sus turbinas Siemens, que estuvo bloqueada en el Canadá por mor de las sanciones occidentales por la invasión rusa de Ucrania. A estas alturas, la turbina está de vuelta. Pero el proceso se ha visto dificultado por las exigencias del gigante gasístico, que afirma que la documentación entregada por el Canadá y Alemania no elimina los riesgos vinculados a las sanciones y "genera preguntas adicionales". En particular, dudas vinculadas con la reparación futura de otras turbinas.
La Unión Europea debate la reducción del consumo de gas
Fue a mediados de junio cuando Gazprom redujo al 33% su capacidad de suministro de gas, hasta 67 millones de metros cúbicos diarios. En aquel momento el motivo también fue la necesidad de parar una turbina para hacer reparaciones. Y tal como habíamos dicho, en julio también cerró el suministro por "tareas de mantenimiento planificadas". La pausa duró diez días y concluyó el pasado 21 de julio, cuando el gasoducto Nord Stream reanudó la actividad con una capacidad del 40%. Una capacidad que quedará reducida a la mitad a partir de este miércoles, hasta tan solo el 20%.
La noticia llega en un momento en el cual la Unión Europea debate la reducción del consumo de gas. El estado español encabeza la negativa de tener que recortar el consumo de gas hasta un 15% menos a partir del mes de agosto, para hacer frente a la dependencia rusa. Eso ha hecho cambiar los planes de la Comisión Europea, que ahora se plantea suavizar el plan sobre las exigencias en las cifras de consumo. De mientras, Rusia sigue con sus tejemanejes y vuelve a reducir el suministro de gas ruso a Europa.