ÚLTIMA HORA: Seguimiento en directo de la guerra entre Rusia y Ucrania
La reunión entre la delegación rusa y la ucraniana en territorio bielorruso se ha alargado más de cinco horas de pesado diálogo. El encuentro se ha concertado en la ciudad de Gómel donde el líder bielorruso, Alexander Lukashenko, garantizó la seguridad y la integridad de la delegación ucraniana. Según apuntan varios medios de comunicación, desde Kiev se valoran "ciertos avances" en las negociaciones con el Kremlin. "Las partes han esbozado unos temas prioritarios sobre los cuales se entreven ciertos avances", ha dicho el asesor de la oficina presidencial de Ucrania, Makhaíl Podolyak, en un vídeo difundido en Telegram.
La parte rusa estaba encabezada por el asesor y hombre de confianza de Moscú, Vladímir Medinski. Quien ayer insistió en garantizar la seguridad de los enviados por Ucrania. El portavoz del Kremlim, Dmitri Peskov, afirmó que los presidentes de Bielorrusia y Ucrania, Alexánder Lukashenko y Volodímir Zelenski, hablaron por teléfono y que después de eso Lukashenko pidió a su homólogo ruso, Vladímir Putin, que no retirara la delegación rusa que esperaba en Minsk. Rusia estaba esperando la respuesta de Ucrania sobre la celebración de negociaciones y había dado de plazo hasta las 15.00 horas, hora local. Ayer, sin embargo, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se negó a celebrar negociaciones en el territorio de Bielorrusia, país al que ha acusado de ser cómplice de la agresión de Rusia contra su país. "Varsovia, Budapest, Estambul, Bakú, propusimos todo esto a la parte rusa, y de hecho nos sirve como sede cualquier otra ciudad de cualquier país desde donde no nos lancen misiles", dijo Zelenski en un videomensaje, aunque después aceptó el encuentro para negociar.
Finalmente, consiguieron acordar, por fin, una cumbre entre las dos partes, que ha acabado con "pequeños avances" y un mensaje unánime de las dos delegaciones de emplazarse a una segunda jornada de negociaciones y extender el diálogo en el tiempo.
Macron aprieta a Putin
En paralelo al encuentro de delegaciones, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha conseguido dialogar durante una hora y media con el presidente ruso, Vladímir Putin, a través de una llamada que se ha alargado casi una hora y media. El encuentro ha sido una petición del líder ucraniano, Volodímir Zelenski, para tratar de detener los bombardeos contra los civiles en las ciudades como Járkov, que ha sufrido una brutal lluvia de misiles. Macron ha conseguido arrancar a Putin tres promesas: que se deje de atacar a los civiles y sus residencias, que se preserven las infraestructuras y que se garantice rutas seguras. Macron ha insistido en poner fin al conflicto armado, pero Putin ha sido contundente en su respuesta: "Un arreglo en torno a Ucrania sólo es posible con la desmilitarización y desnazificación de Ucrania, el estatus neutral y el reconocimiento de Crimea".
Por su parte, el presidente de la República Francesa ha pedido respeto al derecho internacional humanitario sobre las poblaciones civiles y la entrega de ayuda humanitaria apelando al Consejo de las Naciones Unidas. El líder del Kremlin ha aceptado las demandas y ha dado su compromiso para cesar el atentado contra la población civil. Este acuerdo llega el día en que el Ministerio de Sanidad de Ucrania ha actualizado el balance de víctimas civiles como consecuencia de la invasión rusa y, aunque mantiene en 352 la cifra provisional de muertos, ha situado a los heridos por encima de los 2.000.
Sin embargo, las negociaciones de paz entre las delegaciones de Rusia y Ucrania, que ya han finalizado, no han servido, de momento, para detener las hostilidades y los ataques que está haciendo el ejército ruso en territorio ucraniano desde hace cinco días. Esta mañana se han reportado incidentes en varios puntos del país, pero sobre todo se ha informado y se ha confirmado en vídeos publicados en varios portales informativos que el ejército de Rusia ha bombardeado edificios civiles en la ciudad de Járkov y hay varios muertos y heridos. Esta ciudad atacada esta mañana con misiles Grad es la segunda del país y está situada en la frontera con Rusia, y es uno de los objetivos de Putin para poder enviar un mensaje positivo del avance de la guerra, puertas adentro y también en el ámbito internacional. Járkov y Mariupol son dos de los objetivos, el primero por la importancia estratégica del emplazamiento y el segundo por la posibilidad de unir por el suelo las dos partes que ya controla el Kremlin: Crimea y el Donbass.