Una mujer nunca habría invadido Ucrania. Esta ha sido la última salida de tono del primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, horas antes que empiece la cumbre de la OTAN que se celebra en Madrid y a las cuales ha asistido sin su esposa, Carrie Symonds. Por eso, cree que si Putin hubiera sido una mujer, a finales de febrero de este 2022, Rusia no habría empezado la invasión del territorio ucraniano, y que el mundo iría mejor si hubiera más mujeres al poder. Estas palabras recuerdan al principio de la guerra, cuando|cuándo se aseguraba que si Angela Merkel siguiera siendo la canciller alemana, Putin tampoco se habría atrevido a hacer este movimiento. Yendo más allá, ha destacado que el presidente ruso no deja de ser un ejemplo más de la masculinidad tóxica. En una intervención en el canal de televisión pública de Alemania, ZDF, ha añadido que "todo el mundo quiere que la guerra acabe, pero ahora no hay un acuerdo posible. Putin no tiene ninguna propuesta de acuerdo de paz y Zelenski tampoco lo puede ofrecer".
En la misma línea, el premier británico, Boris Johnson ha defendido que Putin se equivocó al invadir Ucrania, ya que lo que ha conseguido es tener una mayor participación de la OTAN, un organismo que ha ganado mucho protagonismo en los últimos meses, en el Estado de Europa, algo que ve como un error de cálculo, ya que el ruso estaba "completamente equivocado", a juicio de Johnson. Por eso, quiso destacar la importancia de la cumbre en Madrid, un acontecimiento que ha complicado mucho la vida a los habitantes de la capital española durante los días que se celebra, hablando de un "paso adelante enorme", en referencia a la posible incorporación de dos nuevos miembros: Suecia y Finlandia.
Relación entre Johnson y Zelenski
Johnson fue pionero cuando se convirtió en el primer ministro que viajó hasta territorio ucraniano para reunirse con Volodímir Zelenski, con quien ya se ha encontrado en varias ocasiones. Todo ayudó a disimular el escándalo del PartyGate, pero en las últimas semanas este volvió a escalar y estalló en una moción interna de los mismos conservadores que Johnson salvó.