Un avión ruso de transporte militar Il-76 con 65 prisioneros ucranianos a bordo se ha estrellado este miércoles en la región fronteriza de Bélgorod, según ha informado el Ministerio de Defensa de Rusia a través de Telegram. La nota precisa que el avión, en el cual también viajaban seis tripulantes y tres militares rusos, transportaba a los prisioneros para su intercambio por soldados rusos retenidos por el ejército ucraniano, en el marco de la invasión rusa de Ucrania y la guerra que este febrero cumplirá dos años. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha explicado que las autoridades trabajan ya para aclarar las circunstancias del accidente.

El Il-76 se ha estrellado aproximadamente a las 11.00 hora local (08.00 GMT) a unos 50 kilómetros de la frontera ucraniana. El siniestro ha tenido lugar a 5-6 kilómetros de la localidad de Yáblonovo, en el distrito Korochanski, donde no ha causado daños personales ni materiales, según han informado residentes locales a la agencia TASS. En las redes sociales de Bélgorod se pueden ver imágenes con el Il-76 precipitándose contra el suelo a una gran velocidad y estallando en un descampado. El gobernador de Bélgorod, Viacheslav Gladkov, ha asegurado que ahora en el lugar del siniestro trabajan efectivos del Ministerio de Emergencia ruso. Esta misma mañana Gladkov ha alertado sobre el peligro de un ataque aéreo ucraniano y ha confirmado el derribo de un dron enemigo de ala fija.

Lluvia de misiles

Rusia lanzó este martes una nueva lluvia de misiles contra Ucrania, mientras sus tropas intensificaron los ataques en el frente oriental, donde según el mando militar ucraniano la situación para las fuerzas de Kiev es "extremadamente difícil". "La operación de rescate continúa después de otro ataque ruso contra nuestras ciudades y nuestra población: terror deliberado contra edificios residenciales en Kiev, Járkov y Pavlogrado", escribió el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en Telegram.

Según las autoridades ucranianas, a consecuencia del ataque con misiles lanzado por Rusia murieron siete personas, cinco de ellas en Járkov, donde un proyectil impactó contra un edificio de viviendas de varias plantas. El bombardeo de Járkov también ha dejado 46 heridos, según el último recuento ofrecido por la Fiscalía ucraniana. Las otras dos víctimas mortales del lanzamiento de misiles rusos contra Ucrania el pase madrugado murieron en la capital, Kiev, y en la localidad de Pavlogrado de la región de Dnipropetrovsk, en el centro del país. Ucrania aseguró a la vez que sus defensas antiaéreas habían conseguido interceptar 21 de los 41 misiles de diferentes tipos lanzados por Rusia.