El Senado de los Estados Unidos ha evitado este viernes el cierre del gobierno por falta de financiación después de aprobar in extremis un proyecto de ley de gasto provisional. La votación que ha evitado el colapso del ejecutivo norteamericano se ha cerrado a la medianoche, después de vencer el plazo, con apoyos tanto demócratas como republicanos. La propuesta ha pasado previamente por la Cámara de Representantes, con 366 votos a favor y 34 en contra, y se ha aprobado en la cámara alta con 85 votos a favor y 11 en contra. El próximo paso es enviar el proyecto legislativo al presidente del país, Joe Biden, para que lo firme como ley.
El texto aprobado a última hora contempla, entre otras cuestiones, la ampliación de la financiación del gobierno norteamericano hasta marzo del 2025, incluyendo consideraciones sobre ayudas a la agricultura y para situaciones de desastres. Sin embargo, el proyecto de ley no hace referencia a una eventual suspensión del límite de la deuda, un planteamiento que el presidente electo, Donald Trump, ha exigido a los republicanos.
El presidente de la cámara baja, el republicano Mike Johnson, ha asegurado que con la aprobación de un proyecto legislativo tan "importante", las cosas serán "muy diferentes" cuando el Partido Republicano tome el control de las dos cámaras del congreso el próximo mes de enero. También ha agradecido que "todos se hayan unido para hacer lo correcto", según declaraciones recogidas por la CNN. Asimismo, Johnson ha explicado que durante este proceso ha mantenido un "contacto constante" con Trump y ha confirmado que el magnate "también estará feliz por el resultado" porque "es una buena noticia para el país".
Horas antes de la votación, el presidente electo había declarado que si tenía que colapsar el gobierno, era mejor que fuera "ahora", cuando el republicano todavía no ha tomado posesión del cargo y es Biden quien está al frente de la Casa Blanca. Desde el Despacho Oval, la secretaria de prensa Karine Jean-Pierre ha dicho que el cierre del ejecutivo "significaría que los miembros del servicio y los controladores de tráfico aéreo irían a trabajar sin paga, se suspenderían los servicios gubernamentales esenciales para los norteamericanos trabajadores y se producirían alteraciones económicas". La demócrata ha admitido que, aunque la propuesta no incluía "todo lo que buscaban", sí "garantizaría que el gobierno pueda seguir operando a plena capacidad", motivo por el cual el actual presidente "da apoyo" al avance de esta legislación.