Este jueves estaba el gran día señalado en rojo en el plan de la misión Polaris Dawn. Al cumplirse el tercer día de los cinco previstos en el espacio, la tripulación formada por el comandante Jared Isaackman, que también es quien financia el programa; el piloto Scott Kidd Poteet y las ingenieras Anna Menon y Sara Gillis se enfrentaban al momento más arriesgado y significativo de la misión: la primera caminata privada y realizada por astronautas civiles ajenos a una agencia espacial gubernamental de la historia de las misiones espaciales. La previsión es que la operación tuviera una duración total de dos horas (con la salida del comandante Isaackman y la ingeniera de SpaceX Gillis por turnos de 20 minutos cada uno), y tenía que empezar en las 8,23 hora de España, pero finalmente se retrasó unas horas.

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La caminata, que se realiza a 700 kilómetros sobre la Tierra, también tiene que servir para probar los nuevos trajes espaciales de actividad EVA diseñados por SpaceX, mejorados del actual traje intravehicular (IVA). La viabilidad de estos nuevos trajes, que son más ligeros y diseñados para ofrecer una mayor movilidad que los trajes convencionales, es muy importante para desarrollar un diseño escalable para trajes espaciales en futuras misiones de larga duración, como los que requerirían una futura base en la Luna y una ciudad en Marte, que son objetivos a largo plazo de SpaceX, la compañía del magnate Elon Musk.

A diferencia de las caminatas espaciales en la Estación Espacial Internacional, la cápsula Crew Dragon no tiene una esclusa de aire. Por tanto, toda la cápsula se ha despresurizado completamente y debe ser expuesta al vacío espacial durante la caminata, lo que representaba un desafío adicional y único para esta misión. Una vez se han realizado las últimas comprobaciones, el comandante Isaacman ha abierto la escotilla de la cápsula Resilience, lo que marcaba el inicio oficial de la caminata espacial. Tanto el comandante Isaacman como la ingeniera Gillis han tenido que realizar pruebas de movilidad del traje, lo que se ha producido mientras la Dragon volaba entre Australia y la Antártida.