Los hospitales de Gaza dejan de funcionar porque se están quedando sin agua y sin combustible para los generadores, a la vez que se encuentran desbordados por un gran número de víctimas civiles que buscan refugio de los bombardeos de Israel. Médicos, administradores sanitarios y organizaciones de ayuda internacional califican de auténtica pesadilla las condiciones con las que trabajan, incluso médicos obligados a operar sin luz o con poca o nada de anestesia, y con la luz de sus teléfonos móviles. También utilizando vinagre en vez de antisépticos. Así lo explica The Guardian, que destaca que no solo los hospitales están llenos de heridos, sino también de personas que buscan refugio, lo que dificulta todavía más la atención a los heridos.

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Paralelamente, Israel ha ordenado la evacuación de más de veinte hospitales del norte y el centro de Gaza, que representan la mayor parte del servicio de salud de la Franja, una orden que los médicos ya han constatado que es difícil de cumplir. "No tenemos combustible para hacer funcionar los generadores de reserva, y los primeros afectados son los quirófanos, las unidades de cuidados intensivos y las salas de urgencia", ha dicho el doctor Medhat Abbass, director general del Ministerio de Salud de Gaza. "Tenemos muchas víctimas en los hospitales que suponen casos quirúrgicos. El problema es que el personal está agotado y no tenemos material médico", constata.

La ayuda humanitaria que llega a Gaza es insuficiente

Durante los últimos días, se ha permitido la entrada de camiones de ayuda humanitaria, pero no son suficientes. Han llegado algunos suministros médicos a través de la frontera entre Egipto y Gaza, pero Israel se niega a permitir que estos suministros lleguen hasta el norte. Un hecho que corrobora, tal como destaca el mismo diario, la Organización Mundial de la Salud (OMS), que declara que no ha sido posible llegar hasta el norte por falta de garantías.

En este sentido, no se ha permitido la entrada de combustible desde el ataque de Hamás a Israel, el pasado 7 de octubre, lo que desde entonces ya ha tenido consecuencias dramáticas. Y es que no hay electricidad en la Franja de Gaza ni tampoco en los hospitales, ni generadores para poder obtener un mínimo.

Ayuda con cuentagotas

Un tercer convoy con una docena de camiones de ayuda humanitaria ha entrado este lunes en la Franja de Gaza desde Egipto por el paso de Rafah. Con los camiones de este lunes, ya es el tercer día consecutivo que Egipto e Israel permiten el paso de camiones con suministros para la población civil de Gaza, después de hacerlo primero el sábado y después el domingo. De hecho, entre los dos días del fin de semana un total de treinta y cuatro camiones han cruzado el paso, y se trata de los primeros desde la escalada del conflicto el sábado de hace dos semanas. Sin embargo, la ONU pide al menos cien camiones al día para los más de 2,4 millones de habitantes de Gaza.

El agua, otro problema para Gaza

La falta de acceso al agua es uno de los desafíos más importantes en Gaza, hoy por hoy, según la organización Acción contra el Hambre, que ya ha alertado de una "crisis sanitaria a punto de estallar". El personal de la organización benéfica afirma que los refugios para desplazados superpoblados están al límite del colapso. Añaden que un refugio en Gaza acoge actualmente a más de 24.000 personas, y que el 60% de los niños allí sufren diarrea. Hacen sus necesidades donde pueden.

La ONU calcula que hay menos de tres litros de agua por persona cada día para 2,3 millones de personas que viven en Gaza, la mitad de las cuales son niños, que corren el riesgo mayor de sufrir escasez de agua e infecciones con diarrea, la principal causa de mortalidad infantil a escala mundial. Y es probable que esta cantidad baje día a día a medida que se reduzcan los suministros y el combustible utilizado para potabilizar el agua en plantas desalinizadoras.