ÚLTIMA HORA | Sigue el minuto a minuto del conflicto Rusia - Ucrania
La música como símbolo de resistencia. Miembros de la orquesta sinfónica de Kyiv han sorprendido este miércoles con todo un desafío al presidente de Rusia, Vladímir Putin, mediante la interpretación del himno europeo al centro de la capital ucraniana. Los músicos se han reunido al mediodía en la plaza de la Independencia para tocar el arreglo de dos minutos de la "Oda a la alegría", el tema principal del último movimiento de la Sinfonía número 9 en re menor, opus 125 (la "Novena sinfonía" de Ludwig van Beethoven). Asimismo, también han hecho sonar el himno nacional de Ucrania.

Este espacio constituye el centro neurálgico de la capital, donde se concentran la mayoría de los corresponsales extranjeros. Así pues, los músicos de la Orquesta Clásica de Kyiv (Kyiv Classic Orchestra, según su sitio web) han declarado ante los periodistas que han organizado este pequeño concierto en la plaza de la Independencia "para que no se destruya esta ciudad". Que hayan interpretado el himno europeo no es ningún tipo de coincidencia: hace más de una semana que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, presiona para que su país entre en la Unión Europea. Y es que piensa que este sería uno de los movimientos más efectivos para hacer frente a los planes de Putin, que desea que Ucrania olvide sus pretensiones de entrar tanto en el bloque comunitario como en la OTAN. Igualmente, los 27 han acordado iniciar el proceso de adhesión (tanto de Ucrania, como de Moldavia y Georgia, otros posibles objetivos futuros del Kremlin i del expansionismo ruso).

 

El concierto lo ha dirigido Herman Makarenko (Lviv, 1961). Es el conductor jefe y director artístico de la Orquesta Clásica de Kyiv, así como un embajador de la cultura ucraniana. Y es que es el primer músico del país que ha recibido el título de artista de la paz por parte de la UNESCO, a la vez que también es autor e impulsor de proyectos internacionales bajo el paraguas de Naciones Unidas. Por su parte, la sinfónica tiene más de quince años de experiencia: fue creada el año 2004 y actuó por primera vez en un concierto de la UNESCO en París.

Bajo la dirección de Makarenko, la orquesta ha tocado el himno europeo. Se trata de la pieza musical que se utiliza a ceremonias oficiales de varias organizaciones europeas desde el año 1972. Es un arreglo de dos minutos de la "Oda a la alegría", el tema principal del último movimiento de la Sinfonía número 9 en re menor, opus 125 (la "Novena sinfonía" de Ludwig van Beethoven). La sinfonía fue escrita el año 1823 por Beethoven sobre un texto de Friedrich Schiller de 1785.

Herman Makarenko dirige la orquesta sinfónica de Kyiv en el centro de la ciudad, en la plaza de la Independencia / Efe

Fue el año 1972 cuando el Consejo de Europa lo adoptó como himno. Unos años más tarde, en 1985, el Consejo de la Unión Europea adoptó la bandera, el himno y el Día de Europa como símbolos del bloque comunitario. Así, se supone que la "Oda a la alegría" simboliza tanto la UE como toda Europa en un sentido más amplio: es la visión idealista de la fraternidad entre los humanos. El director austríaco Herbert von Karajan fue el encargado de hacer tres arreglos instrumentales para piano solo, viento y orquesta sinfónica.

En el plano artístico, hace falta destacar que este mismo miércoles todo un grupo de artistas, galeristas y entidades tanto educativas como gubernamentales ucranianas han reclamado el establecimiento de sanciones culturales contra Rusia para coartar sus "métodos de propaganda" y provocar la manifestación de los artistas rusos contra Putin. "Bajo la grandeza de Dostoyevski y Tolstói, Rajmáninov y Glinka, la política cultural rusa tiene como objetivo justificar las acciones horribles y criminales del gobierno", afirma un comunicado difundido por la Agencia Estatal de Ucrania para las Artes y la Educación Artística firmado por "miles de activistas culturales y centenares de organizaciones". "Al instrumentalizar la cultura, el gobierno ruso está matando cínicamente a la población civil en Ucrania, destruyendo los objetos de nuestro patrimonio cultural y tratando de negar la existencia misma de la cultura ucraniana y del estado ucraniano", concluyen.