El Partido Nacional Escocés (SNP, en inglés) desconfía de los planes del Partido Laborista para seducir a los independentistas escoceses una vez tomen el control de Westminster. Eso es lo que se ha hecho evidente después de que los laboristas hayan presentado un plan de reforma constitucional para convertir la Cámara de los Lores del parlamento en una especie de asamblea de las naciones que conforman el Reino Unido (Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte). Un proyecto que los laboristas aseguran que sacarán adelante aunque no cuenten con el visto bueno de Escocia en las urnas y que no menciona en ninguno de sus puntos un segundo referéndum de autodeterminación. De momento, los de Nicola Sturgeon ya han rechazado el proyecto por los "defectos fundamentales e hipocresías rampantes" que dicen que tiene y aseguran que su 'New Britain' no contará con el apoyo del independentismo.
El SNP desconfía de los laboristas
Los laboristas ya dan por hecho que ganarán las próximas generales sin mucho esfuerzo, después de la derrota de los tories y sus 4 primeros ministros en 5 años. Ciertamente, todas las encuestas otorgan al partido de Keir Starmer una victoria abrumadora, seguida del SNP como posible segunda bastante parlamentaria. Precisamente, los prospectos de hacer crecer el apoyo a su partido y el independentismo escocés en general suponen una amenaza para la estabilidad de un futuro gobierno laborista y del statu quo constitucional. Por su parte, el SNP ve como una amenaza un posible triunfo electoral de Starmer, ante el peligro de que los votantes de izquierdas y los indecisos se decanten por los laboristas. Es por eso que han criticado duramente que los laboristas ni siquiera consideren llevar a cabo un segundo referéndum de autodeterminación, aunque ahora cuenten con más partidarios de la independencia y la consulta que el 2014. También han reprochado el hecho de que el gobierno central les imponga legislación que los escoceses no han validado.
El plan para frenar el independentismo escocés
Para contrarrestar el auge del nacionalismo, el ex primer ministro británico de origen escocés, Gordon Brown, ha presentado a la comisión del futuro del Reino Unido de su partido, los laboristas, un informe que esboza el plan para reconquistar los corazones y las mentes de los escoceses dándolos más poder autonómico con una nueva fórmula constitucional denominada 'New Britain' (nueva Gran Bretaña). En reacción al plan, un portavoz del SNP ha acusado a Brown de "socavar su propio informe diciendo que el Partido Laborista ignorará el voto el pueblo escocés si rechaza al Partido Laborista [en las generales] y lo acaba imponiendo igualmente. Eso es despreciable. Están actuando como los tories", ha lanzado.