El bloque de centroizquierda de la primera ministra danesa, la socialdemócrata Mette Frederiksen, ha ganado las elecciones legislativas del país nórdico, tendrá previsiblemente la mayoría absoluta, aunque por una ventaja mínima y en un panorama político muy fragmentado. Escrutado el 100% de los votos, los resultados aún preliminares apuntan a que el centroizquierda ha logrado el 49%, casi cinco puntos por encima de la oposición de derecha, lo que se traduciría en 87 escaños, a los que habrá que sumar previsiblemente tres de los cuatro que se reparten los territorios autónomos de las Islas Feroe y Groenlandia, que se estima que irán a parar a ese bloque, lo que le dará los 90 escaños justos que marcan la mayoría.
Un Parlamento danés dividido que dependerá de la suma de mayorías
Si se confirman los resultados, Frederiksen y sus aliados obtendrían 85 escaños, mientras que la oposición de derechas se quedaría con sólo 73. Los Moderados, una nueva formación de centro que encabeza el exprimer ministro liberal Lars Løkke Rasmussen, tendrían un papel clave con sus 17 diputados. El Parlamento danés quedaría fracturado, con hasta 12 partidos con representación, y la primera ministra Frederiksen podría ver peligrar su cargo si los liberales o los moderados consiguieran un amplio apoyo. Por una parte, Jakob Ellemann-Jensen, presidente del Partido Social Liberal, tendría que sumar el apoyo de todos los partidos de derechas y el moderado Rasmussen tendría que apostar por un gobierno transversal, con la ayuda de formaciones de los dos bloques. Por su parte, Frederiksen tampoco ha descartado sumar fuerzas de los dos bandos y este martes se ha mostrado confiada "en una colaboración amplía" entre partidos.
Con respecto al Partido Socialista Popular, el sondeo a pie de urna lo sitúa como tercera bastante más votada, con el 9,6%, tres décimas más que los Moderados (9,3%) y seis más que Alianza Liberal (9%), que triplicaría su resultado de hace tres años. El Partido Conservador, que a principios de verano se colocaba a los sondeos como la primera fuerza del bloque de derechas, caería hasta el 5,5%. El Partido Popular Danés, formación de la ultraderecha que en el 2015 consiguió ser la segunda fuerza más votada, seguiría con su caída en picado y se situaría como la formación política más pequeña del Parlamento con el 2,5%. Su relevo lo tomarían los Demócratas de Dinamarca, que entrarían con el 6,9%.
Dinamarca registra una participación del 81,1%
Casi 4,3 millones de daneses han sido llamados a las urnas. Según los primeros datos, finalmente un 81,1% de los ciudadanos han ido a los colegios electorales antes de las 20.00 horas, cuando han cerrado las puertas. Antes de las 13.00 horas, ya habían votado el 41,7%, nueve puntos por debajo que las anteriores elecciones de 2019. De hecho, la participación en unos comicios generales en Dinamarca ha acostumbrado a situarse entre el 84% y el 88% los últimos años, cifras que demuestran que la participación de estas elecciones anticipadas habría sido menor, casi tres puntos por debajo del mínimo habitual.
Elecciones anticipadas en Dinamarca por una crisis en el gobierno
La primera ministra Mette Frederiksen se sitúa como ganadora de las elecciones, pero sin los apoyos necesarios para conseguir la mayoría parlamentaria. Unos resultados que la dejan en una posición complicada. Frederiksen convocó elecciones generales anticipadas para este 1 de noviembre, después de perder la mayoría parlamentaria en medio de una crisis. El Partido Social Liberal, uno de los apoyos del gobierno socialdemócrata, advirtió a la primera ministra que si no convocaba elecciones plantearían una moción de censura. La crisis dentro del Parlamento se abrió el pasado mes de junio, cuando se presentó un informe que cuestionaba la decisión del Ejecutivo de sacrificar millones de visones durante la pandemia por el posible riesgo de una mutación del coronavirus. Las autoridades sanitarias danesas alertaron de que este variante encuentro en visones podía poner en riesgo la eficacia de las futuras vacunas contra la covid-19 y el Gobierno actuó con urgencia matando toda la población de estos animales. Más tarde, se supo que el Ejecutivo no tenía la cobertura legal para hacer esta gestión.